martes, 9 de agosto de 2011

ORACION


Ayúdame a hacer silencio, Señor,
quiero escuchar tu voz.
Toma mi mano,
guíame al desierto,
que nos encontremos a solas, vos y yo.
Necesito contemplar tu rostro,
me hace falta la calidez de tu voz,
caminar juntos…
callar para que hables vos.

Me pongo en tus manos,
quiero revisar mi vida,
descubrir en que tengo que cambiar,
afianzar lo que anda bien,
sorprenderme con lo nuevo que me pedís.
Ayúdame a dejar a un lado las corridas,
las preocupaciones que llenan mi cabeza,
barre mis dudas e inseguridades,
quiero compartir mi vida
y revisarla a tu lado.
Ver dónde aprieta el zapato
para apurar el cambio.

Me tienta la seguridad,
el saberlas todas,
tenerla clara,
no necesitarte,
total tengo todas las respuestas.

Me tienta el activismo.
Hay que hacer, hacer y hacer.
Y me olvido del silencio,
aflojo la oración,
¿leer la Biblia?,
para cuando haya tiempo…

Me tienta la incoherencia.
Hablar mucho y hacer poco.
Mostrar facha de buen cristiano,
pero adentro,
donde vos y yo conocemos,
tener mucho para cambiar.

Me tienta ser el centro del mundo.
Que los demás giren a mi alrededor.
Que me sirvan en lugar de servir.
Me tienta la idolatría.
Fabricarme un ídolo
con mis proyectos, mis convicciones,
mis certezas y conveniencias,
y ponerle tu nombre de Dios.
Me tienta la falta de compromiso.
Es más fácil pasar de largo
que bajarse del caballo
y hacer la del samaritano.
¡Hay tantos caídos a mi lado, Señor,
y yo me hago el distraído.

Me tienta la falta de sensibilidad,
no tener compasión,
acostumbrarme a que otros sufren
y tener excusas, razones, explicaciones…
que no tienen nada de Evangelio
pero que me conforman…
un rato, Señor,
porque en el fondo
no puedo engañarte.

Me tienta separar la fe y la vida.
Leer el diario, ver las noticias
sin indignarme evangélicamente
por la ausencia de justicia
y la falta de solidaridad.

Me tienta el mirar la realidad
sin la mirada del Reino.
Me tienta el alejarme de la política,
la economía,
la participación social…
Que se metan otros…
Yo, cristiano el Domingo.
Misa y gracias…

Me tienta el tener tiempo para todo
menos para lo importante.
La familia, los hijos, la oración…
al cuadragésimo lugar.
Hay cosas más importantes.
¿Las hay?

Me tienta, Señor, el desaliento,
lo difícil que a veces
se presentan las cosas.
Me tienta la desesperanza,
la falta de utopía.
Me tienta el dejarlo para mañana,
cuando hay que empezar
a cambiar hoy.

Me tienta creer que te escucho
cuando escucho mi voz.
¡Enséñame a discernir!
Dame luz para distinguir tu rostro.
Llévame al desierto, Señor,
despójame de lo que me ata,
sacudí mis certezas
y poné a prueba mi amor.
Para empezar de nuevo,
humilde, sencillo,
con fuerza y Espíritu
para vivir fiel a Vos.Amén.
P. Rubén Francisco Bellante

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