lunes, 27 de abril de 2009

Los brazos de Dios.
Introducción: No creamos que sólo cuando se es niño se puede tener el consuelo de unos brazos que nos alcen cuando nos sentimos tristes o tenemos miedo. Pensemos que aún siendo adultos, esos brazos se extienden para contenernos en los peores momentos.

Para un niño no hay consuelo mayor que los brazos de sus padres. Si se caen, se lastiman, si un juguete se rompió o alguien les dijo algo feo, si se asustaron o les duele algo, el mejor lugar, el más cálido, son los brazos de papá o mamá.
Parecería ser que hacerle upa a un hijo fuera un acto mágico. Casi instantáneamente desaparecen el dolor, la angustia, el miedo y si no se van del todo, se atenúan y mucho. Este es alguno de los tantos beneficios de ser niño, ante una dificultad, el consuelo llega rápido, siempre están extendidos los brazos de nuestros padres, dispuestos a hacernos ese “upa” mágico que parecería que, más que elevarnos del suelo, nos llevase hacia otra dimensión, suave, tierna, donde nada duele ni asusta demasiado.
No hay dolor para un niño que no se calme estando en brazos de sus papás.
¿Pero qué ocurre cuando crecemos?
Cuando somos adultos todo cambia. No es que cuando tengamos dolor, pena, miedo, no haya consuelo, no es así, pero ya nadie nos hace upa. Y claro, “estamos grandes para eso”. Nuestros cuerpos pesan mucho y nuestros padres, si bien mantienen intacto su amor hacia nosotros, han perdido la fuerza, la rapidez, el reflejo para extender esos brazos sanadores. Nosotros ya estamos grandes en tamaño y nuestros padres, grandes en edad. Incluso, algunos ya no están con nosotros y nos cuidan desde otro lugar.Pero el hecho de crecer y convertirse en adulto no nos exime de los dolores, angustias y miedos, muy por el contrario. ¿Qué hacemos entonces cuando nos sentimos mal, tristes, angustiados, temerosos?
Cuando realmente el dolor o el miedo es grande, no se por qué razón, uno se siente chiquito, muy chiquito e indefenso ante el peligro que asecha, sea una enfermedad, la muerte, la falta de amor, el abandono, etc. Es como si ante las situaciones límites nuestro cuerpo se mantuviera intacto por fuera, pero nuestro corazón se hiciera pequeño y pidiera a gritos que nos alcen a upa. En el dolor más profundo uno se siente indefenso.En esos momentos, siempre hay alguien o algo que nos consuela, familia, hermanos, abrazos, manos apretadas, caricias, y no es que todo esto no sirva, todo lo contrario, pero aún así, uno está solo en su dolor y en apariencia nadie “nos alza en brazos”. El grito ahogado del corazón chiquito, sufriente y abatido se hace sentir con una fuerza inaudible, que sólo Dios puede percibir.
Es allí, en el peor de los momentos, en que sí nos hacen upa. Si nos abandonamos (en el mejor de los sentidos) en Dios, sí dejamos que él nos acompañe y le contamos nuestra angustia, miedo o dolor con humildad, con la sencillez e inocencia de la niñez, Dios, nuestro Padre, no hace upa. Grande como somos, pesados, arrugados, no importa. Dios rescata a su hijo. Sabe que sus brazos son el mejor de los consuelos y nos alza, y en esa dimensión y a pesar del dolor, llega la paz, la confianza absoluta de que todo está en sus buenas y poderosas manos.
Allí y sólo allí nace la paz. En sus brazos, todo se siente mejor, el miedo se atenúa, el dolor mengua, la esperanza crece y la confianza nos domina.
Como antes, como cuando éramos chiquitos, Papá nos está haciendo upa, nos está alzando en brazos.Sólo se trata de confiar, de tener fe, de amar a Dios como lo que es, nuestro padre, y pedirle humildemente ayuda, descargar en él nuestro pesar, y pedirle en el más amoroso de los sentidos que nos alce a upa.Sentiremos como sus brazos nos toman y consuelan, como lo que parecía insostenible se puede tolerar, como se puede mantener la calma en medio del dolor y ¿por qué no?, esbozar un pequeñita sonrisa, como ésas que hacen los niños cuando están en el lugar donde se sienten más seguros, los brazos de sus papás.
Dejémonos alzar por ese Dios papá que nunca abandona y que tiene, no sólo en su regazo, el amor más grande y sublime para brindarnos.


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RECEN PARA QUE ESTE FIN DE SEMANA EL SEÑOR SE DERRAME CON FUERZA EN TODOS LOS CHICOS QUE DEL 1 AL 3 VAN A HACER EL RETIRO ESPIRITUAL DE LA CONVIVENCIA CON CRISTO JOVEN..... AQUI LES MANDO ALGO DE LO QUE LOS CHICOS VAN A VIVIR ESTE FINDE....
UN ABRAZO
SILVINA

Cristo Joven

Cristo Joven, le propone al joven tener la experiencia de conocer a Jesús desde la intimidad de su adolescencia y ver los planteos de los jóvenes de hoy proyectados en un Cristo Joven “espejo nuestro”, modelo a seguir, muy próximo, muy amigo, sin dejar de ser el Dios Infinito.
Contiene en sí la metodología propia de las CcD que es la contemplación actuada. Sin embargo, su contenido, profundamente catequístico, aborda temas específicos para los adolescentes que la convierten en una convivencia diferente y necesaria.
Tiene un nivel teológico alto, como para que cada uno se vaya con su vasito lleno. La contemplación actuada le ayuda a esto. Resulta algo rico, profundo, que brinda a los más capaces, vocación para el apostolado y la vida interior.
Hace avanzar en el camino espiritual, pero también posibilita la conversión de aquellos que nada conocen de la fe católica. Por esto resulta un retiro de verdadera conversión y evangelización.
Esta convivencia no es un curso de formación sexual. El tema que se vive el día 1 es el desarrollo integral del ser humano: Jesús que crece en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres (Lc 2, 52). Dios inventó el amor del hombre y mujer cuando creó la especie humana. Inventó la atracción entre varón y mujer y para que funcione les puso una cantidad de recomendaciones.
Anticipa y prepara para la futura serie de Convivencias con Dios.
Cristo Joven es un desafío a las situaciones familiares. Es una transformación del hijo pero estimula también a la conversión de los padres.

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...