viernes, 5 de octubre de 2018

25 secretos revelados por Jesús a santa Faustina para luchar contra el demonio

https://es.aleteia.org/2017/10/05/25-secretos-revelados-por-jesus-a-santa-faustina-para-luchar-contra-el-demonio 25 secretos revelados por Jesús a santa Faustina para luchar contra el demonio Píldoras de fe | Oct 05, 2017 EAST NEWS Comparte 22k Sor Faustina Kowalska registró las instrucciones de Cristo en su diario En Cracovia-Pradnik, el 2 de junio 1938, el Señor Jesús dictó a una joven Hermana de la Misericordia polaca un retiro de tres días. Sor Faustina Kowalska registró minuciosamente las instrucciones de Cristo en su diario, que es un manual de mística en la oración y la Divina Misericordia. Después de haber leído el Diario unas veces en los últimos 20 años, me había olvidado del único refugio que Cristo dio sobre el tema de la Guerra Espiritual. Luego, hace poco, fui invitado a dirigir un retiro en Trinidad basado en la “Conferencia sobre la Guerra Espiritual” de Cristo tal como se presenta en el Diario. En el Santuario de la Sagrada Familia, un grupo increíble de líderes laicos al servicio del arzobispo y sacerdotes, patrocinó el retiro la arquidiócesis de Trinidad y llenamos el Seminario de St. John Vianney para reflexionar sobre esta enseñanza. Aquí están los secretos que Jesús reveló a su pequeña novia Faustina sobre cómo protegerse de los ataques del demonio en la batalla espiritual Estas instrucciones se convirtieron en el arma de Faustina en la lucha contra el maligno enemigo Jesús comenzó: “Hija mía, quiero enseñarte acerca de la guerra espiritual”… 1.- Nunca confíes en ti misma, sino abandónate completamente a Mi voluntad. La confianza es un arma espiritual. La confianza es parte del escudo de la fe que san Pablo menciona en la Epístola a los Efesios (6,10-17): la armadura del cristiano. El abandono a la voluntad de Dios es un acto de confianza; la fe en acción disipa los malos espíritus. 2.- En la desolación, oscuridad y dudas, acude a Mí y a tu director espiritual, él siempre te escuchará en mi nombre. En tiempos de guerra espiritual, reza inmediatamente a Jesús. Invoca Su Santo Nombre, que este es muy temido en el inframundo. Traiga las tinieblas a la luz diciéndoselo a su director espiritual o confesor y siga sus instrucciones. 3.- No negocies con cualquier tentación; enciérrate inmediatamente en Mi Corazón. En el Jardín del Edén, Eva negoció con el diablo y perdió. Tenemos que recurrir al refugio del Sagrado Corazón. Corriendo hacia Cristo, es como le damos la espalda a lo demoníaco. 4.- A la primera oportunidad, releva la tentación a tu confesor. Una buena confesión, un buen confesor, y un buen penitente, son una receta perfecta para la victoria sobre la tentación y la opresión demoníaca, ¡esto no falla! 5.- Pon tu amor propio en el último lugar, de modo que este no contamine tus obras. El amor propio es natural, pero debe ser ordenado, libre de orgullo. La humildad vence al diablo, que es el orgullo perfecto. Satanás nos tienta al amor propio desordenado, que nos lleva a la piscina del orgullo. 6.- Ten gran paciencia contigo misma La paciencia es un arma secreta que nos ayuda a mantener la paz de nuestra alma, incluso en las grandes tormentas de la vida. La paciencia con uno mismo es parte de la humildad y la confianza. El diablo nos tienta a la impaciencia, a que se vuelva contra nosotros mismos de modo que nos enojemos. Mírate a ti mismo a la vista de Dios. Él es infinitamente paciente. 7.- No descuides las mortificaciones interiores. La Escritura enseña que algunos demonios sólo pueden ser expulsados con oración y ayuno. Las mortificaciones interiores son armas de guerra. Pueden ser pequeños sacrificios ofrecidos con gran amor. El poder del sacrificio por amor desaloja al enemigo. 8.- Siempre justifícate a ti misma las opiniones de tus superiores y de tu confesor. Cristo habla a santa Faustina que vive en un convento. Pero todos tenemos personas con autoridad sobre nosotros. El diablo tiene como objetivo dividir y conquistar, de manera que la humilde obediencia a la auténtica autoridad es un arma espiritual. 9.- Rechaza las murmuraciones como a una plaga. La lengua es una poderosa embarcación que puede hacer mucho daño. Estar murmurando o chismeando, nunca es de Dios. El diablo es un mentiroso que suscita acusaciones falsas y chismes que pueden matar la reputación de una persona. Rechaza las murmuraciones. 10.- Deja que todos actúen como quieran; pero tú tienes que actuar, como Yo quiero que lo hagas. La mente de uno mismo es la clave en la guerra espiritual. El diablo es un entrometido que intenta arrastrar a todo el mundo. Agrada a Dios y deja que las opiniones de los demás vayan por su camino. 11.- Observar la regla tan fielmente como te sea posible. Jesús se refiere a la regla de una Orden Religiosa aquí. La mayoría de nosotros hemos hecho algún voto delante de Dios y de la Iglesia y debemos ser fieles a nuestras promesas, es decir votos matrimoniales y promesas bautismales. Satanás tienta a la infidelidad, la anarquía y la desobediencia. La fidelidad es un arma para la victoria. 12.- Si alguien te causa problemas, piensa en el bien que puedes hacer a la persona que te hizo sufrir. Ser un vaso de misericordia divina es un arma para el bien y para derrotar el mal. El diablo trabaja sobre el odio, la ira, la venganza y la falta de perdón. Otros nos han hecho daño en algún momento. ¿Qué le devolveremos a cambio? Regresar una bendición rompe maldiciones. 13.- No derrames tus sentimientos. Un alma habladora será más fácilmente atacada por el demonio. Derrama tus sentimientos sólo ante el Señor. Recuerda, los espíritus buenos y malos escuchan lo que dices en voz alta. Los sentimientos son efímeros. La verdad es la brújula. El recogimiento interior es una armadura espiritual. 14.- Guarda silencio cuando seas reprendida. La mayoría de nosotros hemos sido reprendidos en algún momento. No tenemos ningún control sobre eso, pero sí podemos controlar nuestra respuesta. La necesidad de tener la razón todo el tiempo puede conducirnos a trampas demoníacas. Dios sabe la verdad. Déjala ir. El silencio es una protección. El diablo puede utilizar la justicia propia para hacernos tropezar también. 15.- No le pidas opinión a todos, sino sólo a tu confesor; sé tan franca y sencilla como un niño con él. La simplicidad de la vida puede expulsar a los demonios. La honestidad es un arma para derrotar a Satanás, el mentiroso. Cuando mentimos ponemos un pie en su terreno y él intentará seducirnos aún más. 16.- No se desanime por la ingratitud. A nadie le gusta ser subestimado. Pero cuando nos encontramos con la ingratitud o la insensibilidad, el espíritu de desánimo puede ser una carga para nosotros. Resista todo desaliento porque eso nunca proviene de Dios. Es una de las tentaciones más eficaces del diablo. Tenga gratitud en todas las cosas del día y saldrá ganando. 17.- No examines con curiosidad los caminos por donde yo te conduzco. La necesidad de conocer, y la curiosidad por el futuro es una tentación que ha llevado a muchas personas a los cuartos oscuros de los psíquicos, brujas, etc. Elija caminar en la fe. Decídase a confiar en Dios quien te lleva por el camino al cielo. Resista siempre al espíritu de curiosidad 18.- Cuando el aburrimiento y el desánimo golpean contra tu corazón, huye de ti mismo y escóndete en mi corazón. Jesús entrega el mismo mensaje una segunda vez. Ahora Él se refiere al aburrimiento. A principios del Diario, dijo a Santa Faustina que el diablo tienta más fácilmente a las almas ociosas. Tenga cuidado con el aburrimiento, es un espíritu de letargo o acedia. Las almas ociosas son presa fácil de los demonios. 19.- No temas a la lucha; la valentía a menudo intimida a las tentaciones, y no se atreven a atacarnos. El miedo es la segunda táctica más común del diablo (el orgullo es el primero). La valentía intimida al diablo, él huirá ante el perseverante coraje que se encuentra en Jesús, la roca. Todas las personas luchan, y Dios es nuestra provisión. 20.- Siempre lucha con la profunda convicción de que yo estoy contigo. Jesús instruye a una hermana en un convento para “luchar” con convicción. Ella puede hacerlo porque Cristo la acompaña. Los cristianos estamos llamados a luchar con convicción en contra de todas las tácticas demoníacas. El diablo trata de aterrorizar a las almas, debes resistir al terrorismo demoníaco. Invoca al Espíritu Santo en el transcurso del día. 21.- No te dejes guiar por el sentimiento, porque no siempre está bajo tu control. Todo el mérito radica en la voluntad. Todo el mérito radica en la voluntad, porque el amor es un acto de la voluntad. Somos completamente libres en Cristo. Tenemos que hacer una elección, una decisión para bien o para mal. ¿En qué terreno vivimos? 22.- Siempre depende de tus superiores, incluso en las cosas más pequeñas. Cristo está instruyendo a una religiosa aquí. Pero, todos tenemos al Señor como nuestro Superior. La dependencia a Dios es un arma de guerra espiritual, porque no podemos ganar por nuestros propios medios. Proclamar la victoria de Cristo sobre el mal es parte del discipulado. Cristo vino a derrotar a la muerte y el mal, ¡proclámalo! 23.- No te engañes con perspectivas de paz y consuelo; por el contrario, prepárate para grandes batallas. Santa Faustina sufrió física y espiritualmente. Ella estaba preparada para grandes batallas por la gracia de Dios que la sostuvo. Cristo nos instruye claramente en las Escrituras para estar preparados para grandes batallas, para ponernos la armadura de Dios y resistir al diablo (Ef. 6,11). Estar atentos y discernir siempre. 24.- Sepa bien que estás en un gran escenario donde todo el cielo y la tierra, están mirando. Estamos todos en un gran escenario donde el cielo y la tierra están viendo. ¿Qué mensaje estamos dando con nuestra forma de vida? ¿Qué clase de tonalidades irradiamos: luz, oscuridad o grises? ¿La forma en que vivimos atrae más luz o más oscuridad? Si el diablo no tiene éxito en llevarnos a la oscuridad, tratará de mantenernos en la categoría de los tibios, que no es agradable a Dios. 25.- Lucha como un caballero, de modo que Yo pueda recompensarte. No seas excesivamente temerosa, porque no está sola. Las palabras del Señor a santa Faustina pueden convertirse en nuestro lema: ¡Lucha como un caballero! Un Caballero de Cristo sabe bien la causa por la que él lucha, la nobleza de su misión, el Rey a quien sirve, y con la bendita certeza de la victoria, que lucha hasta el final, incluso a costa de su vida. Si una joven, sin educación, una simple monja polaca unida a Cristo, puede luchar como un Caballero, todo cristiano puede hacer lo mismo. La confianza es victoriosa. Citas del Diario de Santa Faustina propiedad de los Marianos de la Inmaculada Concepción, Stockbridge, Massachusetts.

HOMILIA Domingo Vigesimoséptimo del TIEMPO ORDINARIO cB (07 de octubre de 2018)

Domingo Vigesimoséptimo del TIEMPO ORDINARIO cB (07 de octubre de 2018) Primera: Génesis 2, 4b. 7a. 18-24; Salmo: Sal 127, 1-6; Segunda: Hebreos 2, 9-11; Evangelio: Marcos 10, 2-16 Nexo entre las LECTURAS El tema de la UNIDAD con el signo del “matrimonio” domina la liturgia de este Domingo. Están, la ley de Moisés que permite repudiar a la esposa y la enseñanza de Jesús que vuelve a la ley originaria puesta en la naturaleza, según la cual "el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán dos en una sola carne" (el evangelio citando la primera lectura). EL proyecto de Dios es la unidad, la comunión, no la exclusión, la división, la negación del otro. En la segunda lectura, se nos recuerda que Jesús, que es el esposo de la humanidad -Iglesia-, se entrega a ella hasta la muerte para purificarla y santificarla con su sangre… de esta manera viene a ser verdadero prototipo del amor esponsal… En la manera de decir del Papa Francisco desde el inicio de su pontificado que tenemos que ayudarnos unos a otros, sostenernos, custodiarnos… unirnos para la gloria de la Dios y salvación de todos… especialmente el 19 de marzo de 2013, en el Jubileo de la Misericordia y en Amoris Letitia. Temas... El anuncio maravilloso de Jesús. Deberíamos decir que nuestro Señor presenta un ideal, y que es el único que realiza verdaderamente el proyecto de Dios sobre los hombres. O sea, que es el único que hace que el hombre se realice verdaderamente como persona. Y ese ideal consiste en el AMOR que dura y crece siempre, que quiere seriamente el bien del otro, que hace todo lo necesario para cultivar ese amor. El amor que es consciente de que, en definitiva, está realizando el propio Amor de Dios. Este ideal (de la unidad) resulta muchas veces difícil, como difíciles son los ideales que presenta Jesús: amar a los enemigos, perdonar siempre, venderlo todo y darlo a los pobres... solo es posible con la ayuda de la gracia y sabemos que si se realizan todas estas virtudes sería de verdad, el Reino de Dios, la Civilización del Amor, que es el mejor mundo para los hombres. Y por tanto, debemos seguir anunciando estos ideales y trabajar por realizarlos en la práctica de las obras de misericordia y de las virtudes. El evangelio de hoy puede ser una buena ocasión para recordar -y valorar- el MATRIMONIO y a los matrimonios, en especial a los más cercanos a nosotros. Hablar y festejar la importancia de la grandeza del matrimonio y de su compromiso: conviene recuperar la decisión de amor de los orígenes, recordar que el amor sigue siendo bendecido por Dios y siguen siendo «sacramento», signo e instrumento de la unión de los hombres entre sí y de los hombres con Dios. También será ocasión para poner ante Dios, en la oración de la comunidad, la realidad actual -tan numerosa- de matrimonios rotos, de amor dividido… con todo lo que supone de consecuencias negativas para las familias y para la sociedad, y muy especialmente para los hijos. Puede ser ocasión para plantearse qué respuesta damos como comunidad cristiana (eclesial) a los matrimonios, a los que no son aún Matrimonio, a las familias, a los jóvenes. ¿Cómo ayudamos a que la voluntad de amor que Dios tiene para con las parejas sea posible en el día a día? También puede ser oportuno presentar la oración por el inicio y las tareas del Sínodo de la JUVENTUD, tal vez organizar jornadas de oración, de adoración, de ayuno, de abstinencia, de lectura, de práctica de la caridad para con familias de las periferias de nuestras comunidades, barrios y ciudades. Sugerencias... «Lo que Dios ha unido... ». El evangelio clarifica la cuestión del matrimonio, en la que Jesús, más allá de Moisés, se remite al orden original que se relata en el texto del Génesis (de la creación). Un orden que no es una ley positiva, cambiante, sino que está escrito en la naturaleza del hombre. Esta naturaleza es un misterio de comunión (varón y mujer) corporal y espiritual. El hombre y la mujer se convierten en «una sola carne» corporalmente, y como el hombre «abandona a su padre y a su madre para unirse a su mujer», y de esta unión nacen hijos que deben ser educados, ambos se convierten también en «un solo espíritu». Por eso la unión, que se remonta a un acto de Dios, es definitiva y no puede ser rota por el hombre. El episodio de la bendición de los niños, que se añade al final del evangelio, puede relacionarse con lo anterior. Los niños son aquí expresamente el modelo de todo hombre que acepta el reino de Dios, y por tanto también de los cónyuges cristianos, que, si conservan ante Dios la actitud del niño, no pueden adoptar frente al esposo o la esposa la actitud superior de dominio que suele ser propia del adulto que está alejado de los mandamientos y virtudes. Permanecer juntos como niños ante Dios hace posible una comprensión y una benevolencia mutuas, con las que se superan las inevitables tensiones de la existencia. «El Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre, haciendo una mujer». En la primera lectura aparece el relato de la creación de la mujer a partir de la costilla de Adán: el orden de la redención de Jesús confirma plenamente el orden de la creación del Padre. El sentido profundo de este texto es evidente: el hombre y la mujer son ya, desde los orígenes, una sola carne, de modo que su unirse y su «ser una sola carne» corresponde a su esencia más personal e intransferible. El varón domina los animales, pero en la mujer se reconoce a sí mismo: « ¡Esta sí que es carne de mi carne!». «Por eso» -se dice expresamente- el varón se une a la mujer y ambos se convierten en lo que ya son: una sola carne. A la fecundidad de esta unidad se alude en el primer relato de la creación; esta fecundidad pertenece, como ya se ha dicho, a la fundación de la indisolubilidad de la unión, como subraya Jesús. Virgen presente y buena en Caná de Galilea, ruega por nosotros y por todos los matrimonios y familias.

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...