lunes, 4 de febrero de 2019

HOMILIA Domingo Quinto del TIEMPO ORDINARIO cC (10 de febrero de 2019)

Domingo Quinto del TIEMPO ORDINARIO cC (10 de febrero de 2019) Primera: Isaías 6, 1-2a. 3-8; Salmo: Sal 137, 1-5. 7c-8; Segunda: 1Corintios 15, 1-11; Evangelio: Lucas 5, 1-11 Nexo entre las LECTURAS El misterio de la libre y gratuita elección de Dios está presente en las tres lecturas litúrgicas. Isaías es elegido durante una acción litúrgica en el templo de Jerusalén: "Oí la voz del Señor que me decía: ¿A quién enviaré? (primera lectura). Pedro, por su parte, percibe la elección divina en el misterio de su oficio de pescador: "No temas, desde ahora serás pescador de hombres" (evangelio). Finalmente, Pablo evoca la aparición de Jesús resucitado, camino de Damasco, a él, "el menor de los apóstoles... pero por la gracia de Dios soy lo que soy", aparición que sigue siendo viva y cierta en cada celebración de la Eucaristía (segunda lectura). Con el salmista la Iglesia nos invita a cantar y alabar a Dios por su “amor y fidelidad” acompañando a los que Él llama. Temas... Dios es libre y misericordioso en la elección. Dios, que es libre, apela a la libertad del hombre cuando lo llama… por eso hablamos de elección y no de coacción. La Biblia da testimonio de la libertad de Dios en todas sus páginas y lo atestiguan los textos de este Domingo. Dios elige a las personas por amor: a Isaías, nacido en Jerusalén de familia acomodada, posiblemente de estirpe sacerdotal; a Pedro, proveniente de Betsaida, pescador en el lago de Tiberíades; a Pablo, oriundo de Tarso de Cilicia, con título académico de Rabino y por un tiempo perseguidor de la Iglesia de Cristo. Dios es libre para elegir en el modo y en el tiempo que desee: a Isaías durante una liturgia en el templo de Jerusalén, mediante una teofanía con características cultuales; a Pedro, sobre una barca, después de una pesca milagrosa; a Pablo, en el camino hacia la ciudad de Damasco, con el corazón ardiendo ‘de odio’ por los seguidores del Camino. Isaías, Pedro, Pablo, Vos, Yo, el Papa llamados a la gran tarea de colaborar con Él en la redención de la humanidad. Elección y experiencia de Dios. En sus misteriosos designios, nos muestra la Liturgia, que Dios ha querido unir la elección a una experiencia fuerte de encuentro con Él. Las formas de llevarse a cabo tal experiencia difiere de unos a otros, pero esta experiencia es común a toda elección. Isaías, por un lado, entra en el misterio de Dios, Rey y Señor todopoderoso, por otro, se siente perdido e impuro para ver y hablar de parte de Dios (primera lectura). A Pedro, ante la grandiosidad de la pesca, sólo posible por el poder de Dios, tiene la reacción de exclamar: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador" (evangelio). La aparición de Jesús resucitado a Pablo le hace caer a tierra, quedar ciego, humillarse ante el poder de Dios, y finalmente recibir el bautismo de manos de Ananías. La Liturgia muestra que Dios, tres veces santo, quiere irrumpir en la historia del llamado sacándolo de sus seguridades humanas, y lo invita a poner toda su confianza en Él para el bien de todos. La respuesta digna. El hombre, que Dios ha elegido, tiene que dar su respuesta en la humilde obediencia. Nos llama a estar con Él y crecer en el amor y servicio para su mayor gloria, para nuestro bien y el bien de toda su santa Iglesia. Tenemos ejemplos en los textos litúrgicos de hoy: Isaías, a la pregunta de Dios: "¿A quién enviaré?", responde: "Aquí estoy yo, envíame". Pedro, al escuchar a Jesús que le llama a ser "pescador de hombres", junto con sus compañeros de trabajo diario, reacciona generosamente: "Dejaron todo y lo siguieron". No menos generosa es la actitud de Pablo, después de la caída en tierra y de haber oído la voz de Jesús resucitado, él pregunta: "¿Qué quieres que haga?". Luego, en la primera carta a los corintios (segunda lectura), al recordar esa visión de Jesús, por un lado se considera el menor de los apóstoles e indigno de llevar ese nombre, pero, por otro, está convencido de que "he trabajado más que todos los demás; bueno, no yo, sino la gracia de Dios conmigo". Sugerencias... En la historia de la salvación aparece claro que Dios ha querido salvar a los hombres por medio (con la ayuda) de otros hombres. El único Salvador es Dios, pero los hombres son sus manos para distribuir la salvación a todos los que la pidan, son sus labios para predicar (la salvación) en las miles de lenguas de nuestro planeta, son sus pies para llevarla a todos los rincones de la tierra, sobre todo allí donde todavía no la conocen, aunque la anhelen vivamente. ¡Es un gesto inmenso de la misericordia de Dios para con la humanidad… un gesto de su infinito amor hasta hacerse mendigo del hombre! Dios mendiga de ti, sacerdote o laico, religioso o voluntario, quiere que le ayudes: ¿vas a ayudar? ¿eh? Mendiga de ti, joven, tu juventud para ofrecer su salvación a los jóvenes del mundo, y quizás no sólo tu juventud, sino toda tu vida para salvar al hombre, para liberarlo de sí mismo, para ennoblecer su vida de hijo de Dios. Mendiga de ti, adulto, tu adultez, en el estado de vida en que te halles, para que colabores con Él en la salvación de ti mismo, en la salvación de quienes viven en tu entorno familiar, profesional, social, cultural. Mendiga de ti, jubilado, anciano, tu tiempo, tu experiencia humana y espiritual, tu sabiduría de la vida, para que la transmitas a los demás, para que contribuyas a construir un mundo más humano y más cristiano. ¿Escucharemos los hombres el grito de Dios que pide nuestra ayuda? Recemos especialmente por el aumento de las vocaciones. Nuestra Señora del SI, ruega por nosotros. Área de archivos adjuntos HOMILI

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...