miércoles, 9 de agosto de 2017

Hildegard von Bingen - heaven and earth

HOMILIA DOMINGO decimonoveno del TIEMPO ORDINARIO cA

Nexo entre las LECTURAS
Dios se revela a Elías en el suave susurro de la brisa sobre el monte Horeb (primera lectura); Jesucristo se revela a los discípulos como Hijo de Dios mediante su señorío sobre las aguas agitadas del mar y sus misteriosas palabras: "Yo soy, no tengan miedo" (Evangelio). Por su parte, Pablo es muy consciente de que Dios se ha revelado al pueblo de Israel: "Les pertenecen la adopción filial, la presencia gloriosa de Dios, la alianza, las leyes, el culto y las promesas" (Rom 9,4). La respuesta de Elías es de temor sagrado ante la presencia del Señor: "Se cubrió el rostro con su manto" (1Re 19,13). La respuesta-actitud de Pedro es de duda y surge el: "Señor, sálvame" (Mt 14,31), mientras que la del conjunto de los discípulos es de fe: "Verdaderamente eres Hijo de Dios" (Mt 14,33). Pablo sabe muy bien que el pueblo de Israel ha dado una respuesta desacertada y no ha sido fiel a la revelación divina, por eso le invade una gran tristeza y un continuo dolor del corazón (segunda lectura). Revelación de Dios, respuestas del hombre, he aquí en síntesis el mensaje de la liturgia.
Temas...
Dios se revela a los hombres no por conceptos sino mediante acciones simbólicas o en una relación dialogal. A Elías que huyó del monte Carmelo para no ser asesinado por Jezabel (1Re 19,1-3), Dios le hace atravesar la tierra de Palestina de norte a sur, para llevarle hasta el monte Horeb, el monte santo de las revelaciones divinas. En el ámbito sagrado de la montaña, en soledad y oración, Dios se revela a Elías. A Moisés se le reveló entre relámpagos, fuego y truenos (cf. Ex 19,16-19), como señor de las fuerzas de la naturaleza. A Elías, sobre el mismo monte, siglos más tarde, se le revelará como el susurro de una suave brisa, con la suavidad de un beso de madre o de una caricia de mujer.
Jesucristo ha pasado largas horas de oración, en diálogo con el Padre. Los discípulos luchan casi impotentes contra las olas embravecidas del lago de Tiberíades. De repente ven que viene hacia ellos una figura humana, semejante a la de Jesús. Se asustan. Creen ver un fantasma. Jesús aprovecha esta circunstancia para revelárseles en su identidad más íntima, mediante un gesto simbólico. Como YO SOY (Job 9,8; cf Sal 77,20), Él camina sobre las ondas del mar, mostrando así que es el señor del mar y de la naturaleza. Como YO SOY a Moisés (cf. Ex 3,15), Él revela a los discípulos su nombre divino: "YO SOY". Jesús muestra su ser divino, pero sobre todo revela a los suyos su filiación divina, es el Hijo de Dios y quiere que lo seamos nosotros.
Pablo nos recuerda las prerrogativas extraordinarias de Dios para con Israel, subrayando que "suyos son los patriarcas y de ellos, en cuanto hombre, procede Cristo" (Rom 9,5). Con los patriarcas comienza la revelación histórica de Dios, con Cristo dicha revelación culmina y llega a su plenitud; y este misterio de revelación se lleva a cabo en el ámbito del pueblo elegido. Así es como Dios se nos revela “el fiel” por excelencia, que no se arrepiente de su elección ni de sus promesas. La elección y la alianza de Dios con Israel, a pesar de su infidelidad, sigue en pie. Siendo la revelación de Dios la expresión de un diálogo con el hombre, requiere por su misma naturaleza de una respuesta. Elías responde con la obediencia de fe (1Re 19,15-18) a fin de que el monoteísmo se mantenga en la tierra de Israel. Pedro responde con el miedo y la duda, ante una situación que el mismo ha provocado, poniendo a prueba el poder de Jesús. El pueblo de Israel ha respondido rechazando la revelación de Jesús como Mesías y su filiación divina.
Los discípulos, finalmente, son los que han dado la respuesta mejor y más completa: "Verdaderamente tu eres Hijo de Dios". Nuestra respuesta a la revelación de Dios, que nos ha sido conservada y transmitida por la Iglesia, debe ser, en palabras del Vaticano II, "someterse con la fe. Por la fe, el hombre se entrega entera y libremente a Dios..., asintiendo libremente a lo que Dios revela" (DV 5).
Sugerencias...
Para poder dar una respuesta a un interlocutor, se debe conocer el contenido de sus palabras o de su propuesta. Si el hombre de hoy quiere dar una respuesta responsable y madura a la revelación de Dios, lo primero es que conozca esta revelación. Es bastante evidente que durante un período de años hubo un como "vacío doctrinal" en la catequesis (tal vez todavía exista en algunas partes), y que la revelación de Dios que la Iglesia nos transmite en parte se desconoce o se conoce mal o de modo incompleto. Hay aquí una gran labor formativa para realizar en las parroquias, en los grupos juveniles, en los movimientos de la Iglesia, en las familias, en las catequesis y en las Escuelas. Esta labor es dura, pero indispensable, para que la experiencia fuerte de conversión de unos o el entusiasmo religioso de otros no lleguen a ser una experiencia defraudante o una explosión temporal del sentimiento. Nunca se insistirá demasiado en la urgencia de buenos maestros testigos de la fe (Beato Papa Pablo VI y Francisco), numerosos y bien formados, formadores de niños, de jóvenes y de adultos, discípulos-misioneros (Aparecida) para que la respuesta de la fe sea auténtica y madura y en ese ‘terreno fértil’ germinen, además, las semillas de la vocación de especial consagración.
No basta conocer la revelación de Dios, la fe de la Iglesia. Sabemos por experiencia de los siglos y de nuestros días —y de ello da fe la liturgia de este Domingo— que el hombre, en virtud de su libertad, puede dar respuestas muy variadas, y de hecho las da. Está quien da la respuesta del rechazo, del desinterés o indiferencia, incluso de la hostilidad abierta al mensaje cristiano. Hay quienes creen, pero a su manera, dejándose guiar por criterios subjetivos ante el depósito de la fe objetiva de la Iglesia. Otros creen, pero tienen "agujeros o goteras" en su fe, pues les resulta "imposible" aceptar ciertas verdades de fe o de moral católicas. La verdadera respuesta, la que hemos de buscar para nosotros mismos y para quienes entrarán en contacto con nosotros, es la respuesta completa, segura, responsable: LA OBEDIENCIA DE LA FE.
Nuestra Señora del SI, ruega por nosotros

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...