lunes, 28 de enero de 2019

HOMILIA Domingo Cuarto del TIEMPO ORDINARIO cC (03 de febrero de 2019)

Domingo Cuarto del TIEMPO ORDINARIO cC (03 de febrero de 2019) Primera: Jeremías 1, 4-5.17-19; Salmo: Sal 70, 1-4a. 5-6ab. 15ab. 17; Segunda: 1Corintios 12, 31 - 13, 13; Evangelio: Lucas 4, 21-30 Nexo entre las LECTURAS Jesucristo, Jeremías, Pablo: Tres relatos cuya cumbre es Jesucristo, plenitud de la revelación y de la misión salvífica de Dios. Jesús es el enviado del Padre para la salvación de los hombres, sin distinción alguna entre judíos y gentiles (evangelio). La misión profética de Jesús está prefigurada en Jeremías, el gran profeta de Anatot durante el primer cuarto del siglo VI a.C, de cuya vocación y misión, en tiempos de la reforma religiosa del rey Josías y luego durante el asedio y la caída de Jerusalén, trata la primera lectura. Pablo, segregado desde el seno de su madre, prolonga en el tiempo la misión profética de Jesús, poniendo el acento en el amor cristiano, como el carisma que da plenitud a todos los demás. Con el salmista pedimos auxilio al Señor: “Porque Tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud. En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector” y nos comprometemos: “Mi boca, Señor, anunciará tu salvación”. Temas... Características de la misión. Son varias las que los textos litúrgicos resaltan… 1. La misión viene de Dios. Es Dios quien dice a Jeremías: "Antes de formarte en el vientre te conocí; antes que salieras del seno te consagré, te constituí profeta de las naciones" (Jer 1,5). Jesús en la sinagoga de Nazaret no se atribuye a sí mismo la misión, sino que la lee ya profetizada en las Escrituras, es decir, ya prevista por el mismo Dios. San Pablo, por su parte, sabe muy bien que todo carisma proviene del Espíritu de Dios, máxime el carisma por excelencia que es el amor. 2. Una misión en doble dirección. Por un lado destruir, por otro edificar (Jer 1, 10). Por un lado, el anuncio: proclamar la Buena Nueva a los pobres, por otro, la denuncia: ningún profeta es bien acogido en su tierra (evangelio). Por un lado, la devaluación de todo sin la caridad, por otro, la caridad como virtud suprema (segunda lectura). Así será nuestra vida cristiana, desde sus inicios hasta nuestros días, morir al pecado y vivir, con la ayuda de la gracia, para la gloria de Dios, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia (Misa). 3. Una misión universal. Jeremías es llamado por Dios a ser "profeta de las naciones"; Jesucristo ha sido ungido por el Espíritu para ayudar a los pobres, a los cautivos, a los ciegos, a los oprimidos, y para proclamar a todos un año de gracia del Señor, es decir, un jubileo... ¡qué bien nos vino recordarlo en el Año Jubileo de la Misericordia! Si Dios es Creador y Padre de todos, todos somos, por igual, destinatarios de su amor y de su redención. 4. Una misión con riesgos. El riesgo principal de que los hombres no escuchemos ni aceptemos el mensaje de Dios, comunicado por el profeta. El riesgo también está en ser maltratados, considerados enemigos público, tenido por aguafiestas y profetas de desventuras. La biografía de Jeremías está entretejida con episodios de este género y la nuestra también. Jesús estuvo a punto de ser apedreado por los nazarenos, y Pablo vivió unas relaciones ‘tensas’ con los cristianos de Corinto, cuando les escribió su primera carta. Que los santos mártires nos animen a seguir alegremente, porque “hay que seguir andando nomás”… (Mons. Angelleli) 5. Una misión con la fuerza de Dios. Dios dice a Jeremías: "No les tengas miedo... Yo te constituyo hoy en plaza fuerte, en columna de hierro y muralla de bronce frente a todo el país". Jesús, ante los nazarenos que quieren despeñarle, nos dice san Lucas que, "abriéndose paso entre ellos, se marchó". ¡Qué valentía sobrehumana y qué poder de Dios en la actitud de Jesús! ¿Y acaso no muestra Pablo una fuerza sobrenatural cuando antepone el amor cristiano a la ciencia, a la pobreza total, a las llamas, y a la misma fe? 6. Una misión que exige una respuesta. Pueden responder con rechazo, como en el caso de Jeremías: "Ellos lucharán contra ti" (primera lectura). Pueden responder con ambigüedades, como en el caso de Jesús: por un lado, asentimiento y admiración, por otro, indignación y deseo de despeñarlo por un precipicio (evangelio). Y Pablo, en la segunda lectura, al proponer a los corintios el carisma de la caridad, no hace sino pedirles que respondan con generosidad a dicho carisma. Sugerencias... La misión cristiana, una interpelación. Para el hombre, cualquiera que sea su circunstancia, toda propuesta que venga de Dios es una interpelación, porque le saca de su rutina, de sus esquemas mentales, de su refugio en la mediocridad (Francisco). Jesús interpela a los nazarenos, al sacarlos de sus convicciones de ‘pueblo privilegiado’ por no hacer en Nazaret los milagros realizados en Cafarnaún, y les provoca poniendo fin a esos pretendidos privilegios, además dando preferencia a los marginados al poner los ejemplos de Elías y Eliseo. El Amor que Pablo propone a la Iglesia de Corinto es una interpelación mayúscula para aquellos griegos educados en el culto a la razón y al eros. Ser y vivir hoy como discípulos misioneros es también interpelar de manera saludable (para la salvación). Hay que llamar, con nuestra manera de vivir la fe, a superar la mentalidad del conformismo materialista y hedonista, para que se realice una verdadera conversión, cambio de mentalidad, y vivir, virtuosamente, el amor y el servicio, para alcanzar el Paraíso. Hay que avivar el fuego del amor de Dios en el mundo con nuestra entrega humilde y sencilla, como lo hace la Virgen María, para que adquiera relevancia y sentido, en toda vida humana, la fuerza y el poder de Dios. Hay que anunciar a quienes creen en la falsa felicidad temporal del comprar y del tener, de la cultura del relativismo y del hedonismo, para que abran los ojos a la auténtica felicidad que está en Dios y que Dios nos la da. Hay que evangelizar al hombre en sus miserias y ruindades, para que tome conciencia de su grandeza como imagen de Dios, como hijo de Dios. Si el discípulo del Señor no interpela ni sacude al hombre en su interior, es que ha dejado de peregrinar y comenzó a instalarse en la mundanidad. Nuestra Señora del SI, ruega por nosotros.

lunes, 21 de enero de 2019

Homilia del 27 de enero de 2019

Domingo Tercero del TIEMPO ORDINARIO cC (27 de enero de 2019) Primera: Nehemías 8, 2-4a.5-6.8-10; Salmo: Sal 18, 8. 9. 10. 15; Segunda: 1Corintios 12, 12-31a; Evangelio: Lucas 1, 1-4; 4, 14-21 Nexo entre las LECTURAS Los textos de este Domingo descubren nuestra vocación de ‘pueblo atento’ a la Palabra de Dios (primera lectura y evangelio) y también nuestra condición de ‘discípulos-misioneros’ llamados a ser amigos de Dios, como nos llama san Lucas, Teófilos, que debemos conocer la solidez de las enseñanzas de la fe que hemos recibido. Por eso el clima de nuestra meditación lo ofrece el Salmo de la Misa: "tus palabras, Señor, son espíritu y vida". Una oración que, aprendida en el corazón, puede ayudarnos a hablar con este Dios amigo, siempre cercano, y que con sus Palabras nos infunde verdadera vida, nos da la liberación. Conviene, hoy, considerar el valor que otorgamos a las Sagradas Escrituras. Su desconocimiento, en frase de san Jerónimo, es desconocimiento de Jesucristo. Para crecer en la lectura de la Escritura y hacerla vida en la entrega diaria, Dios hizo a algunos apóstoles, a otros profetas, a otros maestros, y a otros les dio el don de lenguas, y el don de interpretación a otros..., de modo que la Palabra de Dios sea viva, vivifique y permanezca para siempre (segunda lectura). Temas... «Hoy es un día consagrado a nuestro Dios». Este «hoy» de la lectura solemne de la ley a cargo de Esdras ante todo el pueblo reunido en asamblea (primera lectura) es un preludio veterotestamentario del «hoy» que pronuncia Jesús en el evangelio. Esta solemne lectura de la ley en tiempos de Esdras se describe de forma impresionante, añadiéndose algunas explicaciones al respecto; el pueblo está visiblemente emocionado: se inclina y se postra rostro en tierra en señal de adoración; llora porque desconocía lo que acaba de escuchar, pero se le invita a regocijarse y a celebrar un banquete porque su acogida de la Palabra de Dios hace que este episodio sea un acontecimiento gozoso: «Pues el gozo del Señor es la fortaleza de ustedes». Por eso nos extraña tanto más que “un «hoy»” mucho más importante salido de la boca de Jesús (en el evangelio) provoque entre sus oyentes reacciones totalmente diversas. «Hoy se cumple esta Escritura». En el evangelio escuchamos solamente la parte introductoria de la escena, cuando Jesús, en la sinagoga de Nazaret, el pueblo donde se había criado, lee también la Escritura y pronuncia unas palabras “incomprensibles y blasfemas” para sus oyentes: que hoy se ha cumplido la profecía de Isaías, que «el Espíritu del Señor está sobre mí, que me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar la libertad a los oprimidos». Jesús aplica estas palabras a su persona: sale de la oscuridad de sus años de juventud y aparece ante todos sus conocidos con una luz nueva e inaudita, asumiendo precisamente la realidad de ser el Mesías. Se nos muestra (revela): la fortaleza del Señor para asumir su misión, y la humildad de Él, al designar su actividad como obediencia al «Espíritu del Señor» que está sobre Él. Ambas cosas unidas caracterizan su convicción más profunda y muestran su singularidad: su misión es el cumplimiento de todas las promesas más excelsas de Dios, pero Él la lleva a cabo como el verdadero «Siervo de Dios», en el espíritu del Siervo de Yahvé proclamado por Isaías. «Todos hemos bebido de un solo Espíritu». Pero, ¿qué significa para nosotros el hoy? Algo completamente distinto de lo que significaba para el antiguo pueblo de Israel. La segunda lectura lo describe: nosotros somos un cuerpo, asumido en el HOY de Cristo. Los judíos no eran miembros de un cuerpo, sino individuos dentro de la comunidad del pueblo; nosotros somos los unos para los otros, miembros dentro del cuerpo de Cristo. Pablo describe esto detalladamente. Ya no hay individuos, sino “órganos”, cada uno de los cuales actúa para el todo vivo del organismo, que es el Cuerpo Místico de Cristo, Cristo y nosotros: en el siempre-hoy de Cristo nosotros vivimos para Él y los unos para los otros. Por eso cada uno tiene una tarea personal, insustituible, pero no para sí mismo, sino para el todo vivo; una tarea que cada cual debe cumplir en el Espíritu Santo, que es el que le ha conferido su singularidad. Y como todos «han bebido de un solo Espíritu», todo el que posee el Espíritu ha de vivir también fuera de sí mismo, en el amor a los otros, en los otros. Este es el hoy que resulta del hoy plenificador de Cristo. Sugerencias... “Por tanto, hermanos, puesto que creemos en Cristo, permanezcamos en su palabra. Pues si permanecemos en su palabra, somos en verdad discípulos suyos. No sólo son discípulos suyos aquellos Doce, sino todos los que permanecen en su palabra. Y conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres, es decir, Cristo el Hijo de Dios que dijo: Yo soy la verdad (Jn 14,6). Nos hará libres, es decir, nos liberará no de los bárbaros, sino del diablo; no de la cautividad corporal, sino de la iniquidad del alma. Él es el único que otorga esta liberación. Que nadie se considere libre, para no permanecer esclavo. Nuestra alma no permanecerá en la esclavitud, puesto que cada día se nos perdonan nuestras deudas” (San Agustín, Sermón 134,3-4.6) Nuestra Señora, Madre del Amor Hermoso, ruega por nosotros

miércoles, 9 de enero de 2019

PAPA FRANCISCO AUDIENCIA DEL 9 DE ENERO

¿Cómo rezar para pedir algo a Dios? Papa Francisco lo explica en la audiencia general ALETEIA Haga click aquí para abrir el carrusel fotográfico “Dios nunca olvida a sus hijos que sufren”, expresó el papa Francisco en la audiencia general, en la cual prosiguió su ciclo de catequesis sobre el Padrenuestro e instruye a los fieles sobre la oración, según enseña el Evangelio : ”llamen a la puerta y les abrirán” (Lucas 11, 9). El Pontífice invitó a “perseverar en la oración, porque aunque a veces pareciera que Dios no nos escucha, sin embargo no es así”. Lo explicó en el aula Pablo VI del Vaticano durante la audiencia general del miércoles 9 de enero de 2019. Delante de 7000 fieles y peregrinos congregados para escuchar la catequesis dedicada al “Padrenuestro’, el obispo de Roma afirmó que hay que rezar como hijos, así como hacen los niños que tienen hambre y son escuchados por sus padres y abuelos, “porque ninguna oración queda desatendida”. La oración siempre transforma “El Padre celeste nos da todo aquello que hace plena nuestra vida”, sostuvo e ilustró que la oración transforma el corazón y la realidad. Incluso si a veces, hay que rezar toda una vida por una gracia. “La oración siempre transforma la realidad: si no cambian las cosas que nos rodean, al menos cambiamos, cambiamos nuestro corazón. Jesús prometió el don del Espíritu Santo a todo hombre que ore”, expresó. “A la perseverancia se une la confianza puesta en Dios, porque Él es un Padre bueno y nunca olvida a sus hijos que sufren. La oración cambia la realidad, y nos cambia también a nosotros. Es, ya desde ahora, la victoria sobre la soledad y la desesperación; un camino que nos lleva a Dios, nuestro Padre, que espera todo y a todos con los brazos abiertos”. Ilustró que la oración de Jesús parece “suavizar las emociones más violentas, los deseos de venganza y revancha, reconcilia al hombre con su enemigo más amargo: la muerte”. El Pontífice explicó que Jesús puso el ejemplo cuando se trata de la oración: “Jesús es, sobre todo, el orante. En cada paso de su vida, es el Espíritu Santo quien lo guía en su actuar. Antes de tomar decisiones importantes, Jesús ora, dialoga con el Padre”. ¿Habrá un padre entre todos ustedes, que dé a su hijo una serpiente cuando le pide pan?”, se preguntó en referencia al Evangelio (Lucas 11). Los discípulos suplican a Jesús que les enseñe a orar, explicó. Por ello, “Jesús les muestra con qué palabras y qué sentimientos deben tener para dirigirse a Dios”. “Lo hace enseñándoles el Padrenuestro las actitudes que el creyente debe tener cuando ora, que son la perseverancia y la confianza”, añadió. Jesús reza en el bautismo en el Jordán, dialoga con el Padre antes de tomar decisiones muy importantes, a menudo se retira en soledad, intercede por Pedro que luego lo renegará” (Lc 22,31-32). “En este sentido”, el Papa expresó que esto consuela a las personas, es decir, “saber que Jesús reza por nosotros”. ¿Pero, padre todavía lo hace? Sí!, insistió. Asimismo, predicó sobre el clima de oración que acompañó a Jesús hasta la Muerte, y en las horas de la pasión marcadas por un “clima de sorprendente calma”. “Podemos estar seguros de que Dios responderá” a la oración. “La única incertidumbre se debe a los tiempos, pero no dudes que Él responderá. Tal vez tengamos que insistir por toda la vida, pero Él responderá. Nos lo prometió (Lc 18, 7)”. Por último saludó a los peregrinos: “Que el Señor Jesús nos dé la gracia de entender que la oración conmueve el corazón de Dios, Padre compasivo, que nos ama y nos da su Espíritu Santo; y que la Virgen Santa nos ayude a ser hombres y mujeres de oración y a confiar en la bondad del Señor que siempre nos escucha”.

ARTICULO SOBRE EL NOVIAZGO- ALETEIA

Los 10 “no” del noviazgo para un buen matrimonio ALETEIA Por Alejandra María Sosa Artículo publicado originalmente por Desde la fe Desde la Fe | Mar 09, 2017 Evalúa ahora tu relación Un buen matrimonio depende en gran parte de un buen noviazgo, de que él y ella aprovechen bien ese tiempo para conocerse. Además de amor, ¿qué se necesita para tener un buen noviazgo? He aquí diez recomendaciones que conviene considerar: 1. NO dejar fuera a Dios Antes que nada, pregúntale a Dios si tu vocación es el matrimonio. Consulta un director espiritual. Cuando creas haber conocido a la persona indicada, oren juntos, vayan juntos a Misa, encomiéndense a Dios y a María. Antes de casarse, acudan a un retiro para novios. Y después no se atengan a sus solas míseras fuerzas para amarse: no se vayan a vivir juntos ni se unan sólo por lo civil, sino mediante el sacramento del matrimonio, para recibir de Dios la gracia sobrenatural de ser fieles y amarse mutuamente como Dios los ama. 2. NO engañar Esto abarca dos aspectos. Primero: no finjas lo que no eres. No digas que te gusta lo que no te gusta, que haces lo que nunca haces, etc. sólo para ser como crees que tu novia o novio espera que seas. Descubrirá tu engaño al casarse, y puede ser motivo para separarse. Sé tú mismo, tú misma. Si no es compatible contigo, ni modo, no fuerces las cosas, ya encontrarás a quien lo sea. Recuerda que “siempre hay un roto para un descosido”. Y, segundo: no seas infiel. La infidelidad en el noviazgo es motivo para terminar la relación, porque los novios infieles, suelen ser cónyuges infieles. 3. NO querer cambiar al otro Hay quien piensa: “mi pareja tiene esta forma de ser, o este hábito, o este vicio que no me agrada, pero yo la voy a cambiar”. Es una falsa expectativa. La gente no suele cambiar. El introvertido nunca se volverá extrovertido; la parlanchina no sabrá quedarse callada; el novio que nunca se acomide a ayudar será un marido haragán; la novia desaliñada será una esposa de bata y pantuflas. Y las características que te molestan en el noviazgo, en el matrimonio pueden aumentar y resultarte intolerables. O le aceptas como es, o no te cases. 4. NO justificar lo injustificable Si en el noviazgo, cuando se supone que están enamorados y desea complacerte, tiene desatenciones, te deja esperándole y no se disculpa; se la pasa viendo el celular, llega tarde, no te pregunta cómo estás, te calla, te critica, en el matrimonio será peor. No busques pretextos para justificar sus malas actitudes, busca mejor otra pareja. 5. NO violencia Si en el noviazgo ya hay gritos, malos modos, insultos y hasta golpes, ¡hay que salir huyendo! Un novio que te levanta la voz, será un esposo que te levantará la mano; una novia que te humilla ante tus amigos, será una esposa que te humillará ante tus hijos. ¿A qué arriesgarse a casarse con alguien que puede poner en riesgo tu integridad y la de tu familia? 6. NO relaciones sexuales El sexo es fabuloso. Decir esto parecería razón para practicarlo en el noviazgo, pero es justo lo contrario: puede hacer que una pareja crea que son compatibles, cuando en realidad sólo lo son en la cama. Un amante habilidoso no necesariamente es un buen esposo. Y hay muchos momentos en el matrimonio en que no será posible tener relaciones sexuales, así que si el sexo es lo único que los une, su relación irá a pique. Una amiga me contó que su hija fue a confesarse de haber tenido relaciones sexuales con su novio, y el padre le dijo: “si se aman, no es pecado”. Sorprende semejante respuesta, porque Jesús menciona, en la lista de maldades que manchan al hombre, la fornicación, es decir, la relación sexual fuera del matrimonio (ver Mc 7, 14-23). La relación sexual está pensada para ser una donación total entre esposos que prometen, con la gracia de Dios, amarse toda la vida. No hay que banalizarla adelantándola, ni arriesgarse a un embarazo no deseado. Y, sobre todo, no hay que olvidar que para unos novios católicos tener relaciones sexuales pre-matrimoniales no es algo que alguien pueda autorizar por encima de la Palabra de Dios y de la Iglesia, que enseñan que es pecado (ver Catecismo de la Iglesia Católica #1755; 1852; 2353). 7. NO desoír opiniones y consejos Por tener una visión desde fuera, puede suceder que tus familiares y amigos capten actitudes de tu pareja que tú no has percibido. “ay, mijita, tu novio toma demasiado”, “ay, hijo, ella trata muy feo a su mamá”, “oye, amiga, como que tu novio es ojo alegre, lo he visto coqueteando…”; “híjole carnal, me late que esa chava sólo te busca por tu dinero, se la pasa haciéndote gastar…”; “uy, le vi fumando mariguana”. Presta atención, no cierres los oídos. En los procesos de declaración de nulidad matrimonial, suelen preguntar cuál era la opinión de quienes rodeaban a los novios. Y es casi seguro que hubo muchas críticas que fueron desoídas… 8. NO suponer, mejor preguntar El noviazgo es un tiempo para conocerse, para hablar, hablar y hablar de todos los temas habidos y por haber, para preguntar. Muchos matrimonios se rompen porque no descubrieron a tiempo que pensaban muy distinto: “¡creí que sí querías tener hijos!”; “¡no pensé que te molestara que trabaje!”; “¡no sabía que tu mamá vendría a vivir con nosotros!”. Más vale dialogar que lamentar. 9. NO dejar de considerar a la familia No sólo hay que fijarse en la pareja, sino en su familia. ¿Cómo es?, ¿cómo se llevan sus miembros entre sí?, ¿cuáles son sus valores? Recuerda que muy probablemente tendrás que convivir con ellos en Navidad, año nuevo, cumpleaños, aniversarios, algunos fines de semana, etc. Sus papás serán abuelos de tus hijos, y tus cuñados, sus tíos; querrán pasar tiempo con ellos, ¿qué clase de ejemplo les darán? ¿Es ésta la familia a la que quieres pertenecer?, ¿o vas a discutir y a pelearte cada vez que tu cónyuge la quiera ver? 10. NO sólo buscar “que te haga feliz” Muchos se casan pensando: “ésta me hará feliz” (porque es bonita y puede lucirla en las fiestas de la oficina, o porque cocina rico, o es hacendosa), o éste me hará feliz, (porque es tan guapo que sus amigas la envidiarán; o porque gana tanto que podrá darle una vida de lujos). Buscan la pareja que los haga felices. Pero si la bonita se pone fea o se enferma, al guapo le sale panza, o pierde la chamba, ya no “hace feliz”, es hora de descartarlo. La motivación para casarse no debe ser “que me haga feliz”, sino “quiero hacerle feliz”. Y qué mayor felicidad que santificarse mutuamente para llegar al cielo. Si tanto él como ella dicen: “le amo tanto que quiero dedicarme a que sea feliz aquí y por toda la eternidad”, eso sí que con la ayuda de Dios, se puede lograr pase lo que pase, en la salud y en la enfermedad, en lo próspero y en lo adverso, hasta que la muerte los separe en este mundo y puedan reencontrarse en la vida eterna para siempre.

lunes, 7 de enero de 2019

HOMILIA DEL PAPA DE HOY

Homilía del Papa Francisco en Santa Marta Lunes 7 de enero de 2019 Dice la Primera Carta de San Juan (3,22-4,6): “Cuanto pidamos lo recibimos de Él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada”. Así pues, el acceso a Dio está abierto, y la llave es precisamente la que sugiere el apóstol: “que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros”. Solo así podemos pedir lo que queramos, con valentía, descaradamente: creer que Dios —el Hijo de Dios— vino en la carne, se hizo uno de nosotros. Esa es la fe en Jesucristo: un Jesucristo concreto, un Dios concreto, que fue concebido en el seno de María, que nació en Belén, que creció como un niño, que huyó a Egipto, que volvió a Nazaret, que aprendió a leer con su padre, a trabajar, a salir adelante, y que luego predicó cosas concretas: un hombre concreto, un hombre que es Dios pero hombre. No es Dios disfrazado de hombre. No: hombre, Dios que se hizo hombre. La carne de Cristo. Esa es la concreción del primer mandamiento. El segundo también es concreto: amar, amarnos los unos a los otros, amor concreto, no amor de fantasía: “Te quiero, cuánto te quiero”, pero luego con mi lengua te destruyo con las críticas. No, no, eso no. Amor concreto. Los mandamientos de Dios son concretos y el criterio del cristianismo es lo concreto, no ideas ni palabras bonitas. Concreción. ¡Ese es el reto! GENTILEZA DE Almudi.org - Información en abierto sobre la Iglesia y el mundo actual El apóstol Juan, un apasionado de la Encarnación de Dios, anima a poner a prueba los espíritus —“examinad si los espíritus vienen de Dios”—, es decir, que cuando nos venga una idea sobre Jesús, o la gente, o hacer algo, o pensar que la redención va por tal camino, pongamos a prueba esa inspiración. La vida del cristiano, en el fondo, es concreción en la fe en Jesucristo y en la caridad, pero también es vigilancia espiritual, lucha, porque te vienen siempre ideas o “falsos profetas” que te proponen un Cristo “soft”, sin tanta carne, y un amor al prójimo un tanto relativo: “Sí, esos sí son de los míos, pero aquellos no”. Debemos, pues, creer en Cristo que vino en carne, creer en el amor concreto y discernir, según la gran verdad de la Encarnación del Verbo y del amor concreto, para saber si los espíritus —la inspiración— provienen verdaderamente de Dios, “pues muchos falsos profetas han salido al mundo”: el diablo intenta siempre alejarnos de Jesús, apartarnos de Él, por eso es necesaria la vigilancia espiritual. Más allá de los pecados cometidos, el cristiano al final del día debe dedicar dos, tres, cinco minutos para preguntarse qué ha pasado en su corazón, qué inspiración o quizá incluso qué locura del Señor se le ha ocurrido: porque el Espíritu a veces nos empuja a las locuras, pero a las grandes locuras de Dios. Como por ejemplo, la de un hombre —presente en la Misa de hoy— que desde hace más de 40 años dejó Italia para ser misionero entre los leprosos de Brasil, o la de Santa Francisca Cabrini que siempre estaba de viaje para cuidar inmigrantes. Por tanto, os animo a no tener miedo y a discernir. ¿Quién me puede ayudar a discernir? El pueblo de Dios, la Iglesia, la unanimidad de la Iglesia, el hermano, la hermana que tienen el carisma de ayudarnos a ver claro. Por eso es importante para el cristiano la charla espiritual con gente de autoridad espiritual. No es necesario ir al Papa o al obispo para ver si eso que siento es bueno, pues hay mucha gente, sacerdotes, religiosas, laicos que tienen la capacidad de ayudarnos a ver qué pasa en mi espíritu para no equivocarme. Jesús tuvo que hacerlo al inicio de su vida pública, cuando el diablo le visitó en el desierto y le propuso tres cosas que no eran según el Espíritu de Dios, y rechazó al diablo con la Palabra de Dios. Si a Jesús le pasó eso, a nosotros también nos puede pasar. ¡No tengáis miedo! Por otra parte, también en la época de Jesús había gente con buena voluntad, pero pensaban que el camino de Dios era otro: los fariseos, los saduceos, los esenios, los zelotes…, todos tenía la ley en la mano, pero no siempre tomaron el mejor camino. De ahí que recomiende la mansedumbre de la obediencia. Por eso, el pueblo de Dios va siempre adelante con cosas concretas, la caridad, la fe, la Iglesia. Y ese es el sentido de la disciplina de la Iglesia: cuando la disciplina de la Iglesia es concreta ayuda a crecer, evitando filosofías de fariseos o de saduceos. Es Dios quien se hizo concreto, nacido de una mujer concreta, vivido una vida concreta, muerto de una muerte concreta, y nos pide amar a hermanos y hermanas concretos, ¡aunque algunos no sean fáciles de amar! Pidamos a los santos, que son los locos de lo concreto, que nos ayuden a caminar por esa vía y a discernir las cosas concretas que el Señor quiere ante las fantasías e ilusiones de los falsos profetas.

HOMILIA EL BAUTISMO DEL SEÑOR. Fiesta (13 de enero 2019).

Primera: Isaías 40, 1-5.9-11; Salmo: Sal 103, 1b-4. 24-25. 27-30; Segunda: Tito 2, 11-14; 3, 4-7; Evangelio: Lucas 3, 15-16.21-22 Nexo entre las LECTURAS… Sin que aparezca la palabra novedad en los textos litúrgicos, todos ellos se refieren, en cierta manera, a la NOVEDAD de la acción de Dios en la historia. Es nuevo el lenguaje de Dios en Isaías: "ha terminado la esclavitud..., que todo valle sea elevado y todo monte y cerro rebajado..., ahí viene el Señor Dios con poder y su brazo lo juzga todo". Es absolutamente nuevo que Jesús sea bautizado por Juan, que el cielo se abra, que el Espíritu descienda en forma de paloma, que se oiga una voz del cielo: "Tú eres mi hijo predilecto". Es nueva la realidad del hombre que ha recibido el bautismo: "un baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, que derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Señor". En virtud de esta novedad es que le decimos al Señor con el Salmista: ¡Bendice al Señor, alma mía! Temas… La novedad viene de Dios. El hombre, desde el inicio, lleva en sí el deterioro y la vejez del pecado, del que es imposible salir por sí mismo. En este Tiempo litúrgico lo que se nos muestra con nitidez es que sólo Dios puede salvarnos. Sólo Él puede cambiar nuestra vieja situación de pecado en novedad de gracia y misericordia. También se nos muestra que Dios quiere intervenir y actuar para salvar al hombre, porque "ha sido creado a imagen y semejanza suya". La liturgia presenta tres momentos históricos de la intervención de Dios: primero interviene para liberar al pueblo israelita de la esclavitud de Babilonia (primera lectura), luego para revelar al mundo la filiación divina de Jesús (evangelio), finalmente para manifestar a los hombres la nueva situación creada en quienes han recibido el bautismo (segunda lectura). La consecuencia es ‘lógica’: Si Dios ha intervenido en el pasado con una irrupción de vida y esperanza nuevas, Dios interviene en el presente e intervendrá en el futuro, porque es propio de Dios la fidelidad. La novedad es desde dentro. La novedad que Dios infunde en el corazón de los hombres incide y repercute en la historia, pero en sí es invisible, interior, netamente espiritual. Primero hace nuevo el corazón, luego desde el corazón del hombre y con la ayuda del hombre, cambia también la realidad histórica (carta del Papa a los Obispos de EE UU). En los exiliados de Babilonia primero creó la añoranza de Sión, el deseo y la decisión del retorno, luego dispuso los hilos de la historia para que tal deseo y decisión llegase a cumplimiento. En el caso de la teofanía del bautismo, en el Jordán, nos hace descubrir una novedad inicial, que se irá desplegando a lo largo de toda su vida pública y sobre todo en el misterio de su muerte y resurrección. La novedad del bautizado sólo se irá percibiendo con el tiempo, en la medida en que exista una coherencia vital entre la novedad infundida por Dios y la existencia concreta y diaria del cristiano, en cuanto viva como discípulo misionero. Para nosotros no pocas veces resulta difícil desvelar la relación entre la novedad interior y sus manifestaciones históricas en la vida ordinaria de cada uno, pues, a veces parece que todo es igual y nada cambia para bien… y Él ¡está haciendo nuevas todas las cosas! La novedad es eficaz. A la iniciativa de Dios, el hombre debe responder libremente, lo meditamos en la Virgen María muy especialmente en los Tiempos de Adviento y Navidad… y lo seguiremos meditando a lo largo del Año Litúrgico… sigamos mirando a María, Madre de Dios y de la Iglesia para imitar su SÍ generoso. Sugerencias... El Bautismo, epifanía de Dios. En el evangelio, el bautismo de Jesús, es una epifanía… eso mismo debe ser para el cristiano la vida sacramental y comprometida con la caridad, con las obras de misericordia: una epifanía de lo que Dios es y de lo que Dios hace en el hombre. El discípulo-misionero es un hombre en quien se manifiesta el Dios trinitario, en virtud de la relación personal que mantiene con cada una de las personas divinas. Como hijo del Padre vive una verdadera relación filial, sobretodo en la oración y adoración. Como redimido por el Hijo y sumergido en su misma vida, entabla con Él una relación principalmente de seguimiento e imitación. Como templo del Espíritu Santo, vive con la conciencia de una relación sagrada, santificante, vivificadora de su existir cotidiano, modelando en bien su vida familiar, profesional y social. El cristiano es al mismo tiempo epifanía de la acción de Dios en el hombre: una acción purificadora, que manifiesta el perdón de Dios; una acción transformante, que pone de relieve el poder de Dios; una acción unificadora de las energías y capacidades del cristiano, que subraya el misterio unitario de Dios; una acción vivificante, que revela, por medio del hombre, la extraordinaria vida de Dios uno y trino...

jueves, 3 de enero de 2019

HOMILIA Solemnidad de la EPIFANÍA DEL SEÑOR (06 de enero 2019).

Solemnidad de la EPIFANÍA DEL SEÑOR (06 de enero 2019). Primera: Isaías 60, 1-6; Salmo: Sal 71, 1-2. 7-8. 10-13; Segunda: Efesios 3, 2-3.5; Evangelio: Mateo 2, 1-12 Nexo entre las LECTURAS… Epifanía representa el desarrollo completo del misterio de Navidad. "El que aquel día nació de la Virgen -dice San León-, hoy ha sido reconocido por todo el mundo". Dios ha aparecido en el mundo no solamente tomando carne mortal, sino manifestándose a los hombres, mostrando sus obras y su poder, y tomando posesión de su pueblo al modo que los antiguos reyes la tomaban solemnemente de sus ciudades. Todo esto ha significado en el decurso del tiempo la palabra epifanía y algo de esto se encuentra en la rica liturgia de esta festividad. En la adoración de los Magos han visto todos los Santos Padres la manifestación de Cristo a los paganos y al mundo en general. Jesucristo, para unos, como los sabios que vienen de Oriente (evangelio) o como para Pablo, proveniente de la diáspora, es epifanía, manifestación de su misterio (segunda lectura); epifanía prefigurada en la primera lectura, según la cual todos los pueblos se sentirán atraídos por la luz y la gloria de Jerusalén. Para otros, es un rival peligroso (para Herodes) o un simple objeto de ciencia sagrada, sobre el que informan con la objetividad del experto (sacerdotes, escribas). Temas… Actitudes ante Jesús. María, José, los pastores, los sabios de Oriente o Magos (evangelio de hoy), Simeón y la profetisa Ana aceptan la realidad y el misterio que envuelven a Jesús de Nazaret y creen. El rey Herodes, los sacerdotes y maestros de la ley (evangelio), los betlemitas, toman una postura de rechazo. Desde los comienzos Jesús es ‘una bandera discutida’: unos, llenos de gozo, quieren llevarla siempre muy alta; otros, hostiles, quieren abajarla y destruirla… y algunos hasta pareciera que quieren ser indiferentes. Esas posturas han continuado en la historia hasta el presente. Quiera o no quiera el hombre, lo sepa o no lo sepa, la persona de Jesús tiene que ver con su vida, y no precisamente de un modo puramente accidental. Jesucristo es el CENTRO y SEÑOR de la vida y de la historia. La razón está en que todo hombre en el fondo de su conciencia busca un Salvador, y el único verdadero Salvador es Jesucristo. Esta verdad no es una idea filosófica ni una deducción lógica, sino una amorosa revelación de Dios "a los apóstoles y profetas" y a través de ellos a todos los hombres (segunda lectura). Los hombres pueden equivocarse en la búsqueda del Salvador, pueden incluso pensar y buscar otros salvadores, pero en cualquier caso a quien buscan, el fin hacia el que dirigen su corazón es Jesús de Nazaret, el Redentor del mundo. Aceptación y rechazo. Los Magos descubren en el firmamento “la estrella del Mesías”, se ponen diligentemente en marcha, vencen no pocas dificultades, y, ante el niño Jesús, se postran, le adoran y le ofrecen sus regalos: oro, incienso y mirra. Son hechos concretos con los que manifiestan su alegre aceptación. Ellos son los representantes de los pueblos gentiles, prefigurados en la primera lectura, tomada de Isaías: "A tu luz caminarán los pueblos, y los reyes al resplandor de tu aurora". En cambio, Herodes se sobresalta, indaga, disimula sus intenciones, trama la muerte de ese Niño. También, los sumos sacerdotes y escribas, por su parte, muestran su conocimiento de la Escritura y su falta de fe, limitándose simplemente a informar. A lo largo de la vida de Jesús y en los varios siglos de cristianismo, ¡cuántos millones de acciones a favor y en contra de Jesucristo, de aceptación y de rechazo! Hoy somos invitados a renovar nuestra fe y aceptación de Jesucristo, y ser alcanzados por Él, que es el mismo, ayer, hoy y siempre… fe que profesaremos, especialmente, la noche de la Vigilia Pascual (20 de abril de 2019). Sugerencias... ¡Atentos a los signos de Dios! Los Magos vieron una estrella nueva en el firmamento, y ésta suscitó su interés y su búsqueda. Fue un signo que Dios les envió y no lo dejaron pasar sin más, sino que descifraron su sentido y se pusieron en marcha, pues, se dijeron entre sí: “en Judea ha nacido el rey universal, en la plenitud de los tiempos”. ¡Atención, reflexión, acción! Hemos de estar atentos porque Dios va sembrando, día tras día, signos de su presencia y de su amor eficaz, en la pequeña realidad de nuestra vida y en los diversos acontecimientos de la historia local, nacional o internacional por ejemplo la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá… Hemos de rezar y discernir, pues se trata de signos, no de evidencias. Los signos -por su misma naturaleza- remiten a otra realidad más allá de ellos mismos. Una vez interpretado correctamente el signo, hemos de pasar a la acción, para que el Reino de Dios fructifique en la tierra en hechos concretos. Dios sigue hablando al hombre, hoy, con palabras y con acciones, quizás lo que suceda es que los hombres no estamos preparados o decididos para descifrar su lenguaje. Los mártires del siglo XX, ¿no son un signo de Dios? Los millones de jóvenes reunidos para las Jornadas Mundiales de la Juventud, ¿no es acaso una palabra significativa que Dios nos dirige? ¿Y los Movimientos eclesiales? ¿Y el renacer del espíritu religioso y del ansia de trascendencia?... en la riqueza de los Sínodos… Sigue Dios caminando con nosotros para que alcancemos la Patria. El verdadero encuentro con Cristo ya no se puede olvidar jamás. Se le encuentra cuando no se tienen prisas en el corazón y cuando se vive la propia realidad como servicio de donación. Propiamente es el mismo Cristo quien se hace encontradizo desde lo íntimo de la realidad cotidiana. Ya no se puede prescindir de Él ni se puede dudar de su amor. Tempestades las habrá siempre, también sin lógica ni sentido aparente. Pero sentiremos la mano de Cristo presente que nos aprieta la nuestra, si escuchamos su Palabra y le acompañamos en la Eucaristía. Virgen de la Epifanía y del Buen Viaje… ruega por nosotros. - DOS REYES. UNA ADORACIÓN: La estrella los lleva a Jerusalén. Allí les espera la mayor decepción y también la más importante decisión. Porque en Jerusalén encuentran dos reyes. En primer lugar, encuentran a Herodes, el que poco antes había hecho ejecutar a sus hijos por miedo a perder el trono. Pero Herodes no está aquí en un primer plano; él es más que nada un signo, una señal del poder, del éxito, del prestigio, de la autosuficiencia y el desprecio con todos sus medios. Y ante él se manifiesta de nuevo la sabiduría de los sabios que no se quedan parados frente a las intrigas de aquel hombre, frente a su ambición de poder y su falacia (vivir con disimulo). No se detienen, pues, ante el primer rey que encuentran, porque no lo reconocen como tal para sus vidas; la estrella no les señala en él el sentido último que buscan. La estrella sigue adelante y ellos van detrás, hasta encontrar al otro rey de los judíos, un niño, sin poder y necesitado de ayuda. Esa pobreza no les lleva a confusión. Ante él se postran y lo adoran. Y le ofrecen sus tesoros; su corazón, su entrega, su esfuerzo. Para ellos está claro que la epifanía de Dios en la tierra no acontece en el poder y la riqueza del mundo, sino en la impotencia por causa del amor. Naturalmente, este es el fundamento de una gran noticia, de una gran alegría para ellos y para todos. - A CASA POR OTRO CAMINO: Los tres sabios o reyes vuelven a su tierra por otro camino. Esto es muy significativo: quien experimenta a Dios tan sencillamente y a la vez tan profundamente no puede volver a recorrer el mismo camino. Ellos dieron la espalda a Herodes con el que nada tenían que ver, ni del que nada querían saber. Hay ahora más motivo para seguir el camino que marca la estrella: el camino del rey de reyes, que -por amor nuestro- se ha hecho pequeño, para que nosotros seamos grandes. Este es el amor universal que tal Rey nos ofrece para que nosotros seamos pequeños en bien de los otros; un amor que se extienda a los que nos son difíciles, no sólo a los que nos caen bien, a los creyentes y a los que no lo son, a los cercanos y a los lejanos, a los conocidos y a los extraños. El que, según los valores de este mundo, se hace aparentemente insignificante -éste es quizá el mensaje de hoy- y así se manifiesta por su estrella y con los magos, pero es el verdadero Rey del mundo, ése es el único al que nosotros podemos aceptar como auténtico rey de nuestra vida. Porque es su estrella la que dará a ésta luz y pleno sentido. Aunque seguramente con esta luz también nosotros aparecemos como insignificante a los ojos de los poderosos y tendremos que elegir otro camino, lejos de sus intrigas. Es fácil que, si profundizamos en todo esto, reconozcamos el esplendor de una vida en Jesús, no con Herodes. El futuro de Jesús es garantía de que resucitaremos y seremos glorificados con él. Todos los demás "reyes" a la postre nos harán caer. Área de archivos adjuntos

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...