viernes, 30 de julio de 2010

PADRE DAVID UN TESTIMONIO DE VIDA


OJA INFORMATIVA N° 67 volver
El padre David García es uno de los misioneros de la zona de Gan Gan, en la cruda meseta chubutense.
Siempre soñó con estar junto a los que menos tienen y en la Obra de Don Bosco pudo concretar ese sueño.


¿Dónde nació y cómo fue su infancia?

-Soy originario de Río de Losa, cerca de Burgos, España. Nací en 1949.
Mi padre era guardabosques y somos cuatro hermanos.
Un sacerdote salesiano amigo de la familia me hizo conocer a Don Bosco a través de unas filminas que mostraban su vida, que era algo similar a las diapositivas.

Las pasaba los domingos por la tarde.
Eso fue algo que me quedó grabado.
Además, siempre me gustó estar cerca de la gente necesitada: fue una vocación que experimenté desde muy pequeño.


¿En qué lugar estudió?

-En Río de Losa hice la primaria, pero para seguir estudiando nos trasladamos a Zuazo de Cuartago, en Álava, donde cursé los cinco años de secundaria.
Y luego llegó el momento de hacer el noviciado en Urrieta, cerca de San Sebastián.
Éramos 32. Allí leí mucho sobre la vida de Don Bosco y de Don Zatti, llamado “el pariente de todos los pobres”, y ello me impactó.

En el noviciado nos visitaba con frecuencia Monseñor Bellido y nos contó sobre la vida de Monseñor Cagliero en la Patagonia.
Un día nos preguntaron quiénes estaríamos dispuestos a ayudar en una inspectoría de la Patagonia y el ahora padre Antonio Sánchez, que está en este momento en Zapala, y yo respondimos.

Rápidamente nos vino la aceptación, pero aún no habíamos hecho la profesión.
El 16 de agosto de 1968 se concretó y el 4 de marzo de 1969 llegamos a Argentina.
En seguida nos mandaron a hacer el profesorado con otros españoles y varios argentinos.
Mientras tanto comenzamos a trabajar en los barrios: construimos una casa para una señora mayor, entre otras cosas, y colaboramos con el Oratorio de Carmen de Patagones.


¿Y ejerció como maestro?

-Sí, luego de tres años de estudio en Viedma, estuve otros tres como maestro en Fortín Mercedes.
También en Luis Beltrán, donde había una escuela para enólogos y muchos pupilos.
Algunos eran más grandes que nosotros, pero existía un clima sumamente familiar y agradable.

Después, llegó el momento de estudiar Teología en el Seminario de Devoto, en Buenos Aires.
Terminé en 1978 y el 24 de mayo de l979, me ordenaron sacerdote en Bahía Blanca, donde me destinaron a la Casa Don Zatti, casa que lleva el nombre de ese salesiano que había conocido por libros.
En 1980 me trasladaron al Colegio Santo Domingo Savio de General Roca, Río Negro.
Estuve allí siete años. En 1990 asumí como director del Colegio San Miguel, de Stefenelli, también en General Roca.
Y de 1991 a 1996 tuve la fortuna de dirigir el Colegio Savio de Comodoro Rivadavia.

Finalmente, en 1996 me eligieron Ecónomo Inspectorial en Bahía Blanca. Y en ese mismo año me mandaron a Roma a estudiar en la Pontificia Universidad Salesiana.
Posteriormente, mi destino estuvo en Trelew, atendiendo a los más humildes.


¿Cuál es su misión actual?

-Junto con el padre José “Pepe” Kindslehner estamos en la Parroquia Nuestra Señora de la Paz, en Gan Gan, que tiene un área de misión que abarca los departamentos de Trelew y Gastre.

Ello implica atender a unas 890 familias, con cinco a siete hijos cada una. También misionamos en 23 parajes, que son pequeños poblados desperdigados y en los que hay unas 15 a 20 familias en cada uno.
El año pasado me consiguieron una camioneta para poder desplazarme mejor por esos lugares: son rutas casi inexistentes, donde no llegan los micros.
Entre octubre del 2008 y junio del 2009 contabilicé 65.000 km.


¿Qué es lo que más le gusta de lo que hace hoy?

-Yo vine de España para estar con la gente. No me gusta mucho el trabajo frente a una computadora.
El contacto con los hermanos necesitados es lo que más aprecio.
Además, aprendo mucho de esas personas.
Tienen valores muy profundos y varias veces han sido engañadas por inescrupulosos que se aprovecharon de su inocencia. Realmente, esa gente saber mirar para adentro.

En la ciudad, la gente mira la televisión, los diarios, las revistas. En donde misionamos, miran dentro de sí mismos y es una gran lección para todos.
Además, los ayudamos a que se queden en su lugar: el campo. Les damos una mano para conseguir lo que necesitan, en parte gracias a los Bienhechores.
Es que si se van a la ciudad van a vivir en una miseria peor y lejos de sus afectos.
Creo que eso les ayuda a llevar una vida más feliz, a pesar de las carencias.

miércoles, 28 de julio de 2010

BENDICIÓN


Que el camino salga a tu encuentro. Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos.
Que Dios te sostenga en la palma de Su mano. Que vivas por el tiempo que tú quieras y que siempre quieras vivir plenamente. Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron. Pero nunca te olvides de recordar las cosas que te alegraron. Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos. Pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron contigo.

Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron. Pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día. Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado. Que nunca se te venga el techo encima, y si fuera así, que los amigos reunidos debajo de él, nunca se vayan.

Que siempre tengas palabras cálidas en un frío anochecer, una luna llena en una noche oscura y que el camino siempre se abra a tu puerta. Que vivas cien años, ¡con un año extra para arrepentirte! Que el Señor te guarde en Su mano, y nunca apriete mucho Su puño. Que tus vecinos te respeten,
los problemas te abandonen,
los ángeles te protejan,
y que el cielo te acoja.
Que tus bolsillos estén pesados y tu corazón ligero. Que la buena suerte te persiga y cada día y cada noche tengas muros contra el viento, un techo para la lluvia, bebidas junto a la fogata, risas para consolarte, aquéllos a quienes amas cerca de ti, y todo lo que tu corazón desee! Que Dios esté contigo y te bendiga, que veas a los hijos de tus hijos, que el infortunio te sea breve y te deje rico en bendiciones. Que no conozcas nada más que la felicidad. Desde este día en adelante, Dios te conceda muchos años de vida; de seguro Él sabe que la Tierra no tiene suficientes ángeles. No es tu aptitud, sino tu actitud, lo que determina tu altitud.

martes, 20 de julio de 2010

¡¡FELIZ DIA DEL AMIGO!!


LOS AMIGOS SON UN REGALO DE DIOS, ELLOS SON LOS HERMANOS, LUCESITAS QUE EL SEÑOR NOS VA REGALANDO PARA MOSTRARNOS EL CAMINO. LOS AMIGOS ESTAN EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS, TE ESCUCHAN,TE ACONSEJAN, TE AGUANTAN, TE ACEPTAN TAL CUAL SOS. ELLOS SON REALMENTE SIGNO Y PRESENCIA DEL AMOR DE DIOS EN NUESTRAS VIDAS.
A TODOS ELLOS, A TODOS MIS AMIGOS LES REGALO EN ESTE DIA NO SOLO MI RECUERDO, SINO MI ORACIÓN Y TODO MI CARIÑO SILVINA

sábado, 17 de julio de 2010

viernes, 16 de julio de 2010

PODEMOS HACER LA DIFERENCIA

CHICOS LES REGALO ESTE VIDEO PORQUE CREO QUE ENTRE TODOS PODEMOS CAMBIAR EL MUNDO. LOS INVITO A VER LOS SABADOS A LAS 20.HS. "JUNTOS PARA SUMAR" UN PROGRAMA DE CANAL 10 DONDE EMILIANO GATTI NOS INVITA A VER BUENAS NOTICIAS, DONDE LA GENTE MUESTRA TODO EL BIEN QUE HACEN DIARIAMENTE.
VAMOS QUE ENTRE TODOS PODEMOS CAMBIAR ESTE MUNDO. TU PEQUEÑO GESTO HACE LA DIFERENCIA.

lunes, 12 de julio de 2010

Cómo vencer el mal a fuerza del bien

“Cuando Jesús llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que nadie podía pasar por ese camino. Y comenzaron a gritar: "¿Que quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?" A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo. Los demonios suplicaron a Jesús: "Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara". El les dijo: "Vayan". Ellos salieron y entraron en los cerdos: estos se precipitaron al mar desde lo alto del acantilado, y se ahogaron. Los cuidadores huyeron y fueron a la ciudad para llevar la noticia de todo lo que había sucedido con los endemoniados. Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de su territorio.”
Mateo 8,28-34

Mateo tiene la capacidad de acercarnos, en este camino de Jesús hacia la Pascua, las diversas maneras y rasgos con que la fuerza del mal se presenta en la vida del Señor y nos deja una enseñanza discipular: los malos espíritus aparecen como feroces, obstaculizan el camino, gritan, no pasan inadvertidos; no soportan la presencia de Jesús, se sienten atormentados. Su presencia desestabiliza el lugar del que ellos habían tomado posesión. ¿Cómo obra Jesús y qué enseñanza nos deja para enfrentar las fuerzas del mal? Obra expulsándolos, enfrentándolos, liberando a las personas y al lugar físico donde habían venido a establecerse, alcanzando así el Señor un nuevo orden. El sentido de esta lucha de Jesús con las fuerzas del mal -que pretenden arrebatar el proceso mesiánico que Jesús presenta- nos invita a nosotros a pensar en cómo la fuerza del mal opera en nuestra vida, y cómo y de qué manera, siguiendo las enseñanzas de Jesús, podemos ir venciendo y superando las dificultades.
En nuestro camino de seguimiento, el mal espíritu sale a nuestro encuentro de una manera inquietante. Alguna de las características que nos indican que lo que nos está inspirando es el mal espíritu: cuando estamos inquietos, ansiosos, sin paz, nos falta alegría, cuando alrededor nuestro generamos climas que no son de los mejores. Esto a veces opera en nosotros con una cierta ferocidad, buscando terminar con el gozo, la alegría, la paz. El mal espíritu nos quita sentido de camino, tiene una inquietante búsqueda asesina de la vida de Dios en nosotros.
La invitación que recibimos hoy del Evangelio es identificarlo, para liberarnos de él, y abrirnos camino en nuestra tarea.
¿Con qué estrategias de hecho vencemos nosotros los males, las dificultades, a fuerza de bien? ¿Cómo nos liberamos de los demonios que nos rodean, como león rugiente, que buscan exterminar en nosotros la vida y la presencia de Dios? Lo que hacemos es pedir y abrirnos a la gracia de la sabiduría para hacernos del querer de Dios y apartarnos del mal espíritu. Al mal tiempo, buena cara. No hay mal que dure cien años. La paciencia, un gran aliado. Cuando las distancias están marcadas por la división, el diálogo es un buen instrumento. La fortaleza, como capacidad de resistencia a lo que viene a oponerse a nuestro camino, es una muy buena consejera.


Poner al descubierto al mal espíritu

Hay que estar atentos, revisar nuestro vida a la luz de la presencia de Dios en la oración; denunciar las inquietantes presencias dell mal espíritu: así lo enseñaron los santos, ponerlo al descubierto y a partir de allí, liberarnos.
Es increíble comprobar cómo el mal espíritu, en la vida personal y en la de los hermanos que uno acompaña, a veces desde la mañana temprano comienza a inquietarnos, a asediarnos, con tristeza, escrúpulos, a mirar sin esperanza... Cuando el mal espíritu percibe que hemos sido sorprendidos por sus acechanzas y sus ataques han dado algún resultado, sigue con otros, manteniendo siempre con algún proyecto nuevo, algún deseo o esperanza para alejarnos del camino de Dios. Se sirve de vivencias pasadas, de las noticias que se oyen, de lo que perciben nuestros sentidos, de nuestro carácter, de nuestras pasiones, haciéndonos jugar todos estos distintos resortes para tener siempre a nuestro espíritu ocupado en cosas bajas, en pensamientos que no logran elevarse al cielo, en sacarnos de la responsabilidad que nos cabe, en reflexiones inútiles, en vanos deseos, en miedos sin sentido... si nos damos un tiempo en espíritu de oración y señalamos el objeto que más ocupa nuestro corazón, qué pasiones turban con mayor frecuencia nuestra paz interior, lo que hacemos con eso es denunciar, poner a la luz, quitar el velo, para que la sombra no gobierne nuestra vida.

Hacer lo opuesto a lo que nos sugiere el mal espíritu

Después de haberlo reconocido y sacado de nosotros, el enemigo vuelve, con paciencia, a hacer lo mismo. La mejor aliada que tenemos en la lucha contra las fuerzas del mal es la paciencia. San Ignacio de Loyola nos enseña a hacer exactamente lo opuesto a lo que nos sugiere el mal espíritu, enseñándole este camino a San Felipe Neri, un santo increíble, el santo de la alegría, un ser genial. Vivían al frente, y cuando Igancio estaba con mucho peso por las fuerzas del mal, los jesuitas invitaban a Felipe Neri para que fuera a comer con ellos y los hiciera reír un rato, con su jocosa manera de actuar y de divertirse sanamente. Un día le preguntaron los jesuitas cómo hacía para descubrir la voluntad de Dios, a lo que contestó: me cruzo frente de casa, me junto con un amigo mío que se llama Ignacio de Loyola y hago justamente lo opuesto a lo que él me dice, siguiendo la enseñanza de que al mal espíritu hay que llevarle la contra.
El cura Brochero al mal espíritu lo llamaba estúpido consejero, puesto que cuando descubría que el mal espíritu lo mandaba para un lado, él se daba cuenta que había que ir justamente para el otro lado. ¿Cómo descubrimos al mal espíritu? Por lo que genera en el corazón: inquietud, falta de paz, sinsentido, razones falsas que nos agobian, por los proyectos que por muy buenos que parezcan, nos vacían el alma, no nos dan sosiego. Entonces hay que hacer diametralmente lo opuesto a lo que el mal espíritu nos sugiere. Como hacía Jesús: en el Evangelio aparece entre los gadarenos, y se le presentan los endemoniados, porque no aguantan la presencia de Jesús.

El mal espíritu obra de maneras distintas entre los que están al comienzo del camino (principiantes) y los que están avanzados en el camino, según nos enseñan los padres de la Iglesia y los maestros de la vida espiritual. Con los principiantes: intenta hacerles disminuir o hacerles cambiar a algo menor o algo aparente; les hace sentir lo perjudicial que puede ser el bien que quieren hacer; o les propone un bien demasiado elevado para las disposiciones presentes del corazón, grandes propósitos y rápidos cansancios de ese fervor demasiado rápido. O le apoca el alma, le achica el quehacer. El alma quiere desplegarse y el mal espíritu pretende replegarla.

Con respecto a los que ya están avanzados en el camino del seguimiento a Jesús, desde la prudencia, la fortaleza, la paciencia, desde la adecuación más ajustada al bien en el quehacer cotidiano, el mal espíritu lo que hace es afligirlas, no darles descanso, a fin de que con mucho molestar y cansarlas bastante, se aparten de esa dedicación que tienen por las cosas de Dios; las entristece, las debilita en la práctica del bien, las lleva a la tibieza; les socaba las fuerzas para el bien. Hay personas a quienes el demonio no puede evitar que hagan el bien, porque el “bien” que hacen les sirve para engañarlas. San Ignacio las denomina “tentaciones bajo forma de bien”, describiendo que el mal espíritu tiene la capacidad de mostrarnos un “bien” espiritual donde él mismo se está escondiendo para tender una trampa. San Pablo habla de esto, del mal bajo forma de bien. Hay personas a las que el mal espíritu las lleva por ese camino también. Otros reciben los primeros ataques para que caigan en pecado grave; y si no, busca arrebatarles algo, o impedirles el camino en los buenos propósitos. Con la paciencia, la perseverancia, la alegría, la oración, se vencen los obstáculos, uno tras otros, con la certeza de saber que el mal espíritu está siempre allí molestando, como las moscas en el verano. Con serenidad y confianza hay que ir sacándolo de nosotros. Alguna vez puede ser que nos hayamos propuesto hacer el bien en determinadas circunstancias, pero viene el mal espíritu y nos hace cambiar, disminuyendo el entusiasmo, nos hace desistir, nos deja apartados del proyecto, sin fuerzas. Debemos resistir, poner en descubierto el mal espíritu , y perseverar, con paciencia, seguir avanzando, con serenidad, porque en la noche se van gestando también las luces que Dios quiere.
A veces estamos físicamente en malas condiciones, o con un temperamento malo. Y el mal espíritu se mete por ahí, como un guerrero que se mete por el flanco débil. Por eso hay que ser concientes de las propias debilidades para no caer. Es lo que decimos en el pésame, “apartarnos de las situaciones próximas de pecado”. Cuando uno es conciente de que tiene una debilidad determinada, no tiene que jugar con fuego porque el que juega con fuego se quema.

Padre Javier Soteras

jueves, 8 de julio de 2010

LA MANO DE DIOS




PARA QUE AUN EN MEDIO DE LAS TORMENTAS PUEDAS DESCUBRIR QUE DIOS TE AMA Y QUE ES EL QUIEN LEVANTA, TE SOSTIENE.

martes, 6 de julio de 2010

UNA JOVEN EJEMPLAR





María nació el 16 de octubre de 1890, en Corinaldo, provincia de Ancona, Italia. Hija de Luigi Goretti y Assunta Carlini, tercera de siete hijos de una familia pobre de bienes terrenales pero rica en fe y virtudes, cultivadas por medio de la oración en común, rosario todos los días y los domingos Misa y sagrada Comunión. Al día siguiente de su nacimiento fue bautizada y consagrada a la Virgen. A los seis años recibirá el sacramento de la Confirmación.

Después del nacimiento de su cuarto hijo, Luigi Goretti, por la dura crisis económica por la que atravesaba, decidió emigrar con su familia a las grandes llanuras de los campos romanos, todavía insalubres en aquella época. Se instaló en Ferriere di Conca, poniéndose al servicio del conde Mazzoleni, es aquí donde María muestra claramente una inteligencia y una madurez precoces, donde no existía ninguna pizca de capricho, ni de desobediencia, ni de mentira. Es realmente el ángel de la familia.

Tras un año de trabajo agotador, Luigi contrajo una enfermedad fulminante, el paludismo, que lo llevó a la muerte después de padecer diez días. Como consecuencia de la muerte de Luigi, Assunta tuvo que trabajar dejando la casa a cargo de los hermanos mayores. María lloraba a menudo la muerte de su padre, y aprovecha cualquier ocasión para arrodillarse delante de su tumba, para elevar a Dios sus plegarias para que su padre goce de la gloria divina.
Junto a la labor de cuidar de sus hermanos menores, María seguía rezando y asistiendo a sus cursos de catecismo. Posteriormente, su madre contará que el rosario le resultaba necesario y, de hecho, lo llevaba siempre enrollado alrededor de la muñeca. Así como la contemplación del crucifijo, que fue para María una fuente donde se nutría de un intenso amor a Dios y de un profundo horror por el pecado.

Amor intenso al Señor

María desde muy chica anhelaba recibir la Sagrada Eucaristía. Según era costumbre en la época, debía esperar hasta los once años, pero un día le preguntó a su madre: -Mamá, ¿cuándo tomaré la Comunión?. Quiero a Jesús. -¿Cómo vas a tomarla, si no te sabes el catecismo? Además, no sabes leer, no tenemos dinero para comprarte el vestido, los zapatos y el velo, y no tenemos ni un momento libre. -¡Pues nunca podré tomar la Comunión, mamá! ¡Y yo no puedo estar sin Jesús! -Y, ¿qué quieres que haga? No puedo dejar que vayas a comulgar como una pequeña ignorante. Ante estas condiciones, María se comenzó a preparar con la ayuda de una persona del lugar, y todo el pueblo la ayuda proporcionándole ropa de comunión. De esta manera, recibió la Eucaristía el 29 de mayo de 1902.

La comunión constante acrecienta en ella el amor por la pureza y la anima a tomar la resolución de conservar esa angélica virtud a toda costa. Un día, tras haber oído un intercambio de frases deshonestas entre un muchacho y una de sus compañeras, le dice con indignación a su madre: -Mamá, ¡qué mal habla esa niña! -Procura no tomar parte nunca en esas conversaciones. -No quiero ni pensarlo, mamá; antes que hacerlo, preferiría...Y la palabra morir queda entre sus labios. Un mes después, sucedería lo que ella sentenció.

Pureza eterna

Al entrar al servicio del conde Mazzoleni, Luigi Goretti se había asociado con Giovanni Serenelli y su hijo Alessandro. Las dos familias viven en apartamentos separados, pero la cocina es común. Luigi se arrepintió enseguida de aquella unión con Giovanni Serenelli, persona muy diferente de los suyos, bebedor y carente de discreción en sus palabras.
Después de la muerte de Luigi, Assunta y sus hijos habían caído bajo el yugo despótico de los Serenelli, María, que ha comprendido la situación, se esfuerza por apoyar a su madre: -Ánimo, mamá, no tengas miedo, que ya nos hacemos mayores. Basta con que el Señor nos conceda salud. La Providencia nos ayudará. ¡Lucharemos y seguiremos luchando!
Desde la muerte de su marido, Assunta siempre estuvó en el campo y ni siquiera tiene tiempo de ocuparse de la casa, ni de la instrucción religiosa de los más pequeños. María se encarga de todo, en la medida de lo posible. Durante las comidas, no se sienta a la mesa hasta que no ha servido a todos, y para ella sirve las sobras. Su obsequiosidad se extiende igualmente a los Serenelli. Por su parte, Giovanni, cuya esposa había fallecido en el hospital psiquiátrico de Ancona, no se preocupa para nada de su hijo Alessandro, joven robusto de diecinueve años, grosero y vicioso, al que le gusta empapelar su habitación con imágenes obscenas y leer libros indecentes. En su lecho de muerte, Luigi Goretti había presentido el peligro que la compañía de los Serenelli representaba para sus hijos, y había repetido sin cesar a su esposa: -Assunta, regresa a Corinaldo! Por desgracia Assunta está endeudada y comprometida por un contrato de arrendamiento.

Después de tener mayor contacto con la familia Goretti, Alessandro comenzó a hacer proposiciones deshonestas a la inocente María, que en un principio no comprende. Más tarde, al adivinar las intenciones perversas del muchacho, la joven está sobre aviso y rechaza la adulación y las amenazas. Suplica a su madre que no la deje sola en casa, pero no se atreve a explicarle claramente las causas de su pánico, pues Alessandro la ha amenazado: -Si le cuentas algo a tu madre, te mato. Su único recurso es la oración. La víspera de su muerte, María pide de nuevo llorando a su madre que no la deje sola, pero, al no recibir más explicaciones, ésta lo considera un capricho y no concede ninguna importancia a aquella reiterada súplica.

El 5 de julio, a unos cuarenta metros de la casa, están trillando las habas en la tierra. Alessandro lleva un carro arrastrado por bueyes. Lo hace girar una y otra vez sobre las habas extendidas en el suelo. Hacia las tres de la tarde, en el momento en que María se encuentra sola en casa, Alessandro dice:
-"Assunta, ¿quiere hacer el favor de llevar un momento los bueyes por mí?" Sin sospechar nada, la mujer lo hace. María, sentada en el umbral de la cocina, remienda una camisa que Alessandro le ha entregado después de comer, mientras vigila a su hermanita Teresina, que duerme a su lado.
-"¡María!, grita Alessandro. -¿Qué quieres? -Quiero que me sigas. -¿Para qué? -¡sígueme!
-Si no me dices lo que quieres, no te sigo".
Ante semejante resistencia, el muchacho la agarra violentamente del brazo y la arrastra hasta la cocina, atrancando la puerta. La niña grita, pero el ruido no llega hasta el exterior. Al no conseguir que la víctima se someta, Alessandro la amordaza y esgrime un puñal. María se pone a temblar pero no sucumbe. Furioso, el joven intenta con violencia arrancarle la ropa, pero María se deshace de la mordaza y grita:
-No hagas eso, que es pecado... Irás al infierno.
Poco cuidadoso del juicio de Dios, el desgraciado levanta el arma:
-Si no te dejas, te mato.
Ante aquella resistencia, la atraviesa a cuchilladas. La niña se pone a gritar:
-¡Dios mío! ¡Mamá!, y cae al suelo.
Creyéndola muerta, el asesino tira el cuchillo y abre la puerta para huir, pero, al oírla gemir de nuevo, vuelve sobre sus pasos, recoge el arma y la traspasa otra vez de parte a parte; después, sube a encerrarse a su habitación.
María recibió catorce heridas graves y quedó inconsciente. Al recobrar el conocimiento, llama al señor Serenelli: -¡Giovanni! Alessandro me ha matado... Venga. Casi al mismo tiempo, despertada por el ruido, Teresina lanza un grito estridente, que su madre oye. Asustada, le dice a su hijo Mariano: -Corre a buscar a María; dile que Teresina la llama.

En aquel momento, Giovanni Serenelli sube las escaleras y, al ver el horrible espectáculo que se presenta ante sus ojos, exclama: -¡Assunta, y tú también, Mario, venid! . Mario Cimarelli, un jornalero de la granja, trepa por la escalera a toda prisa. La madre llega también: -¡Mamá!, gime María. -¡Es Alessandro, que quería hacerme daño! Llaman al médico ya los guardias, que llegan a tiempo para impedir que los vecinos, muy excitados, den muerte a Alessandro en el acto.

Sufrimiento redentor

Al llegar al hospital, los médicos se sorprendieron de que la niña todavía no haya sucumbido a sus heridas, pues ha sido alcanzado el pericardio, el corazón, el pulmón izquierdo, el diafragma y el intestino. Al diagnosticar que no tiene cura, llamaron al capellán. María se confiesa con toda claridad. Luego, durante dos horas, los médicos la cuidaron sin dormirla.

María no se lamenta, y no deja de rezar y de ofrecer sus sufrimientos a la santísima Virgen, Madre de los Dolores. Su madre consiguió que le permitan permanecer a la cabecera de la cama. María aún tiene fuerzas para consolarla: -Mamá, querida mamá, ahora estoy bien... ¿Cómo están mis hermanos y hermanas?

En un momento, María le dice a su mamá: -Mamá, dame una gota de agua. -Mi pobre María, el médico no quiere, porque sería peor para ti. Extrañada, María sigue diciendo:
-¿Cómo es posible que no pueda beber ni una gota de agua? Luego, dirige la mirada sobre Jesús crucificado, que también había dicho ¡Tengo sed!, y entendió.

El sacerdote también está a su lado, asistiéndola paternalmente. En el momento de darle la Sagrada Comunión, le preguntó: -María, ¿perdonas de todo corazón a tu asesino? Ella le respondió: -Sí, lo perdono por el amor de Jesús, y quiero que él también venga conmigo al paraíso. Quiero que esté a mi lado... Que Dios lo perdone, porque yo ya lo he perdonado.

Pasando por momentos análogos por los que pasó el Señor Jesús en la Cruz, María recibió la Eucaristía y la Extremaunción, serena, tranquila, humilde en el heroísmo de su victoria.

Después de breves momentos, se le escucha decir: "Papá". Finalmente, María entra en la gloria inmensa de la Comunión con Dios Amor. Es el día 6 de julio de 1902, a las tres de la tarde.

La conversión de Alessandro

En el juicio, Alessandro, aconsejado por su abogado, confesó: -"Me gustaba. La provoqué dos veces al mal, pero no pude conseguir nada. Despechado, preparé el puñal que debía utilizar". Por ello, fue condenado a 30 años de trabajos forzados. Aparentaba no sentir ningún remordimiento del crimen tanto así que a veces se le escuchaba gritar:
-"¡Anímate, Serenelli, dentro de veintinueve años y seis meses serás un burgués!". Sin embargo, unos años más tarde, Mons. Blandini, Obispo de la diócesis donde está la prisión, decide visitar al asesino para encaminarlo al arrepentimiento. -"Está perdiendo el tiempo, monseñor -afirma el carcelero-, ¡es un duro!"

Alessandro recibió al obispo refunfuñando, pero ante el recuerdo de María, de su heroico perdón, de la bondad y de la misericordia infinitas de Dios, se deja alcanzar por la gracia. Después de salir el Prelado, llora en la soledad de la celda, ante la estupefacción de los carceleros.
Después de tener un sueño donde se le apareció María, vestida de blanco en los jardines del paraíso, Alessandro, muy cuestionado, escribió a Mons. Blandino: "Lamento sobre todo el crimen que cometí porque soy consciente de haberle quitado la vida a una pobre niña inocente que, hasta el último momento, quiso salvar su honor, sacrificándose antes que ceder a mi criminal voluntad. Pido perdón a Dios públicamente, ya la pobre familia, por el enorme crimen que cometí. Confío obtener también yo el perdón, como tantos otros en la tierra". Su sincero arrepentimiento y su buena conducta en el penal le devuelven la libertad cuatro años antes de la expiración de la pena. Después, ocupará el puesto de hortelano en un convento de capuchinos, mostrando una conducta ejemplar, y será admitido en la orden tercera de san Francisco.

Gracias a su buena disposición, Alessandro fue llamado como testigo en el proceso de beatificación de María. Resultó algo muy delicado y penoso para él, pero confesó: "Debo reparación, y debo hacer todo lo que esté en mi mano para su glorificación. Toda la culpa es mía. Me dejé llevar por la brutal pasión. Ella es una santa, una verdadera mártir. Es una de las primeras en el paraíso, después de lo que tuvo que sufrir por mi causa".

En la Navidad de 1937, Alessandro se dirigió a Corinaldo, lugar donde Assunta Goretti se había retirado con sus hijos. Lo hace simplemente para hacer reparación y pedir perdón a la madre de su víctima. Nada más llegar ante ella, le pregunta llorando. -"Assunta, ¿puede perdonarme? -Si María te perdonó -balbucea-, ¿cómo no voy a perdonarte yo?" El mismo día de Navidad, los habitantes de Corinaldo se ven sorprendidos y emocionados al ver aproximarse a la mesa de la Eucaristía, uno junto a otro, a Alessandro y Assunta.

lunes, 5 de julio de 2010

ARGENTINA!! ARGENTINA!!


Que hermoso fue ver como mi pueblo, a pesar del dolor del sábado salió a recibir al seleccionado argentino. Esto habla de que como Argentinos hemos empezado a crecer, a valorar el esfuerzo, la dedicación, la humildad de nuestros jugadores y de todo su equipo técnico. Fue para mi muy emocionante ver como Tevez, daba alma y vida en la cancha, o ver a Higuain hacer un gol. Hemos logrado en esta etapa ser EQUIPO, y eso tiene un valor muy importante.VAMOS,VAMOS ARGENTINA

viernes, 2 de julio de 2010

RECOMENDACIONES PARA EL CINE



Violines en el Cielo




Después de fracasar como músico, un joven celista regresa a su pueblo natal, donde encontrará un empleo peculiar poco apreciado socialmente.



Género: Drama
Reseña:

Daigo Kobayashi (Masahiro Motoki) es un celista que toca para una orquesta sinfónica en franco declive, a tal punto que el dueño decide disolverla. Desempleado, Daigo y su esposa Mika (Ryoko Hirosue) deciden volver al pueblo natal de aquél, a la casa que su madre, recién fallecida, le ha dejado como herencia. Allí busca empleo y atiende un anuncio de lo que parece ser una agencia de viajes, pero que en realidad es una empresa dedicada al antiguo arte del "Nokanshi", la preparación de los difuntos para su último viaje. El trabajo es menospreciado socialmente y también para Daigo resulta repelente, pero lo acepta por la paga. Con el tiempo, descubre la profunda dignidad de su oficio y empieza a desempeñarlo con maestría y orgullo.

La cinta es de 2008 y se hizo acreedora a varios premios, incluyendo el Oscar a la mejor película extranjera. Planteada alrededor de un oficio de escaso reconocimiento pero de necesidad indiscutible, la delicadeza de la ceremonia del “Nokanshi” refleja el respeto de la cultura japonesa hacia los difuntos y, sin necesidad de elucubraciones filosóficas, reafirma con gran belleza la fe en la vida trascendente. La descripción del drama de la muerte y su impacto en los parientes y amigos del difunto es un verdadero poema, que se ilustra con imágenes y metáforas de una fuerza descriptiva excepcional. Paradójicamente, el mensaje no es pesimista sino de liberación, puesto de relieve especialmente en la vida del protagonista. Los detalles de humor salpican la narrativa sin quitar solemnidad al tema y las actuaciones, la fotografía y la música son estupendas. El único pero es que, al no ser una producción de Hollywood, su distribución ha sido limitada.

Cortesía: Cinesíntesis

OTRA PELI : The Human Experience (Reseña Cine)




Un grupo de jóvenes viajan alrededor del mundo en busca del sentido de la vida en medio de los problemas actuales.

Título Original: The Human Experience
Director: Charles Kinnane
Intérpretes: Jeffrey Azize, Clifford Azize, Michael Campo, Matthew Sanchez
Año: 2008, Grassroots Films
Género: Documental
Reseña:

Jeffrey y Clifford Azize, hermanos y protagonistas de este documental, experimentan un viaje que los lleva a vivir como lo hacen los pordioseros que duermen en las calles de Nueva York, sobreviviendo con la limosna que les da la gente. Su interés por tener experiencias a través de las vidas de otras personas que están en situaciones de vulnerabilidad por desempleo, enfermedad o maltrato, así como sus conversaciones con ellas, los lleva a descubrir la belleza de la vida, aun en las personas que sufren. A través de su dialogo con ellos, mientras los ayudan, se crea una atmósfera cálida y profunda en la que se expande el espíritu y se hacen uno con el prójimo, facilitando la empatía y conociendo el motivo principal de la fuerza para salir adelante en la persona humana. Su viaje los lleva también a un orfanatorio en Perú y a un hospital para enfermos desahuciados en Ghana, África. Tiene su parte creativa al combinar los deportes extremos con la búsqueda de “experiencias extremas del espíritu”.

Es una cinta muy recomendable que exalta la dignidad de la persona sobre cualquier otro valor y la necesidad de dar y recibir afecto desde la niñez para lograr una madurez emocional.

La película ha ganado más de 30 premios alrededor del mundo, sin embargo, solo puede verse en funciones independientes en algunas ciudades en cuyas presentaciones los realizadores y protagonistas dialogan con el público al final de la proyección. La productora Grassroots Films promete el lanzamiento, en un futuro cercano, de “The Human Experience” en formato DVD.


Cortesía: Cinesíntesis

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