lunes, 25 de noviembre de 2019

HOMILIA Primer Domingo de ADVIENTO cA (01 de diciembre de 2019)

Primer Domingo de ADVIENTO cA (01 de diciembre de 2019) Primera: Isaías 2, 1-5; Salmo: Sal 121, 1-2. 4-9; Segunda: Romanos 13, 11-14a; Evangelio: Mt 24, 37-44 Nexo entre las LECTURAS Al iniciar el Adviento, es comprensible que la palabra clave de este primer Domingo sea VENIDA y PREPARACIÓN. El texto evangélico forma parte del gran discurso sobre la segunda venida de Jesús (Mt 24-25). En el oráculo mesiánico de Isaías se proyecta la mirada profética hacia el futuro, cuyo cumplimiento histórico se verificó en Jesucristo, sobre todo en su pasión, muerte y resurrección en Jerusalén, y se profetiza que a ella afluirán todas las naciones, vendrán pueblos numerosos y dirán: vengan, subamos al monte del Señor, al templo del Dios de Jacob. Finalmente, san Pablo exhorta a los fieles de Roma a revestirse de Cristo porque la noche está muy avanzada y se acerca el día. Unidos rezamos -con el salmista- para tener renovado ánimo y entusiasmo… Vamos con alegría a la Casa del Señor. Temas... En el contexto del Adviento la Iglesia, en la liturgia de hoy, pone ante nuestros ojos la gran realidad de la venida de Dios entre los hombres. Se trata de una venida prometida en el Antiguo Testamento, y que ha servido, al pueblo de Israel y a todos los pueblos, de preparación para la buena nueva del Enmanuel, de Dios con nosotros. Se trata principalmente de una presencia de Dios, una venida ya realizada en Jesús de Nazaret, que es a la vez juicio y salvación, condenación del pecado y donación de la vida nueva en Cristo. Esta venida se actualiza, año tras año, en la liturgia de la Iglesia. Es finalmente una venida futura, cuyo tiempo desconocemos, porque pertenece al impenetrable misterio de Dios (Evangelio). Para cada hombre, el misterio de encuentro con el Señor, se hace concreto al momento de morir. La venida prometida y realizada ha de llenar de gozo el corazón del cristiano. Dicha venida, en efecto, nos habla de la salvación que Cristo ha traído a todos. La fe cristiana nos enseña, a pesar de la realidad que aparece a nuestros ojos, que los pueblos marchan, de la forma sólo por Dios conocida y misericordiosamente acompañada, hacia Cristo, en búsqueda de sentido y de salvación (Primera lectura). Aquí está la razón de la alegría y esperanza que vivimos los discípulos misioneros. La venida futura, por su parte, requiere, del cristiano, una ‘fe comprometida’ en la realidad de esta venida, independientemente del momento histórico de su realización; además, una profunda actitud ‘de vigilancia’. La afinidad con el tiempo de Noé y con el ladrón que asalta una casa (Evangelio) es un ardiente llamado a la vigilancia cristiana y, con ella, a no dejarse engañar por las tentaciones -señuelos- del mundo y del tiempo presente, a veces tan ajenos del sentir y actuar propios del creyente en Cristo. Por eso, san Pablo (Segunda lectura), en espera de la segunda venida, además de dejar las tinieblas del pecado, invita a vivir en la luz, a revestirse de Cristo para formar parte de Su familia, cuando Él venga. Sugerencias... Dios quiere que todos se salven y en Cristo ha llamado a todos los hombres y pueblos a la salvación. Valorar, por tanto, todo aquello que de bueno, justo y santo hay en todo hombre, independiente de su raza, cultura o religión. Santo Tomás de Aquino enseña que "toda verdad, diga quien la diga, proviene del Espíritu Santo". Manteniendo la propia identidad, estar también abierto al diálogo con los otros hermanos cristianos o con los compañeros de trabajo y amigos pertenecientes a otras religiones. Siendo la Iglesia sacramento de salvación, sentirme comprometido en primera persona en la acción apostólica y misionera de la Iglesia hacia adentro y hacia fuera… hasta las periferias, dice el Papa Francisco. El tiempo de Adviento -y de Navidad- es muy propicio para vivir así: "Nos ha nacido un Salvador"… vamos, rápidamente, a contarlo con alegría. No busquemos la salvación en estructuras temporales ni en promesas de gobiernos… el corazón ha de cambiar… pues la salvación viene de Dios y es llamado a practicar los mandamientos y las obras de misericordia. La vigilancia es una virtud eminentemente cristiana. La hemos de practicar de cara a los atractivos y solicitaciones del ambiente en que vivimos, y frente a las pasiones que anidan en nuestro corazón y que nos inclinan hacia la tierra en vez de elevar nuestra mirada hacia el cielo. Vigilancia también de los pastores sobre sus "ovejas" para dirigir a todas hacia buenos pastos, para hacer volver a las alejadas, para curar a las enfermas, para alimentar a todas con el pan de la Palabra y el pan de la Eucaristía y de la Caridad (Misericordia et misera). Vigilancia de los padres sobre sus hijos para enderezarlos por el camino del Evangelio y darles una sólida formación cristiana. La fe en la segunda venida de Cristo funda un comportamiento cristiano, exigente y comprometido en la educación del hombre y en la edificación de una sociedad y un mundo cada vez más digno y acogedor (Laudato Si). Nuestra Señora del Adviento, ruega por nosotros.

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...