jueves, 3 de enero de 2019

HOMILIA Solemnidad de la EPIFANÍA DEL SEÑOR (06 de enero 2019).

Solemnidad de la EPIFANÍA DEL SEÑOR (06 de enero 2019). Primera: Isaías 60, 1-6; Salmo: Sal 71, 1-2. 7-8. 10-13; Segunda: Efesios 3, 2-3.5; Evangelio: Mateo 2, 1-12 Nexo entre las LECTURAS… Epifanía representa el desarrollo completo del misterio de Navidad. "El que aquel día nació de la Virgen -dice San León-, hoy ha sido reconocido por todo el mundo". Dios ha aparecido en el mundo no solamente tomando carne mortal, sino manifestándose a los hombres, mostrando sus obras y su poder, y tomando posesión de su pueblo al modo que los antiguos reyes la tomaban solemnemente de sus ciudades. Todo esto ha significado en el decurso del tiempo la palabra epifanía y algo de esto se encuentra en la rica liturgia de esta festividad. En la adoración de los Magos han visto todos los Santos Padres la manifestación de Cristo a los paganos y al mundo en general. Jesucristo, para unos, como los sabios que vienen de Oriente (evangelio) o como para Pablo, proveniente de la diáspora, es epifanía, manifestación de su misterio (segunda lectura); epifanía prefigurada en la primera lectura, según la cual todos los pueblos se sentirán atraídos por la luz y la gloria de Jerusalén. Para otros, es un rival peligroso (para Herodes) o un simple objeto de ciencia sagrada, sobre el que informan con la objetividad del experto (sacerdotes, escribas). Temas… Actitudes ante Jesús. María, José, los pastores, los sabios de Oriente o Magos (evangelio de hoy), Simeón y la profetisa Ana aceptan la realidad y el misterio que envuelven a Jesús de Nazaret y creen. El rey Herodes, los sacerdotes y maestros de la ley (evangelio), los betlemitas, toman una postura de rechazo. Desde los comienzos Jesús es ‘una bandera discutida’: unos, llenos de gozo, quieren llevarla siempre muy alta; otros, hostiles, quieren abajarla y destruirla… y algunos hasta pareciera que quieren ser indiferentes. Esas posturas han continuado en la historia hasta el presente. Quiera o no quiera el hombre, lo sepa o no lo sepa, la persona de Jesús tiene que ver con su vida, y no precisamente de un modo puramente accidental. Jesucristo es el CENTRO y SEÑOR de la vida y de la historia. La razón está en que todo hombre en el fondo de su conciencia busca un Salvador, y el único verdadero Salvador es Jesucristo. Esta verdad no es una idea filosófica ni una deducción lógica, sino una amorosa revelación de Dios "a los apóstoles y profetas" y a través de ellos a todos los hombres (segunda lectura). Los hombres pueden equivocarse en la búsqueda del Salvador, pueden incluso pensar y buscar otros salvadores, pero en cualquier caso a quien buscan, el fin hacia el que dirigen su corazón es Jesús de Nazaret, el Redentor del mundo. Aceptación y rechazo. Los Magos descubren en el firmamento “la estrella del Mesías”, se ponen diligentemente en marcha, vencen no pocas dificultades, y, ante el niño Jesús, se postran, le adoran y le ofrecen sus regalos: oro, incienso y mirra. Son hechos concretos con los que manifiestan su alegre aceptación. Ellos son los representantes de los pueblos gentiles, prefigurados en la primera lectura, tomada de Isaías: "A tu luz caminarán los pueblos, y los reyes al resplandor de tu aurora". En cambio, Herodes se sobresalta, indaga, disimula sus intenciones, trama la muerte de ese Niño. También, los sumos sacerdotes y escribas, por su parte, muestran su conocimiento de la Escritura y su falta de fe, limitándose simplemente a informar. A lo largo de la vida de Jesús y en los varios siglos de cristianismo, ¡cuántos millones de acciones a favor y en contra de Jesucristo, de aceptación y de rechazo! Hoy somos invitados a renovar nuestra fe y aceptación de Jesucristo, y ser alcanzados por Él, que es el mismo, ayer, hoy y siempre… fe que profesaremos, especialmente, la noche de la Vigilia Pascual (20 de abril de 2019). Sugerencias... ¡Atentos a los signos de Dios! Los Magos vieron una estrella nueva en el firmamento, y ésta suscitó su interés y su búsqueda. Fue un signo que Dios les envió y no lo dejaron pasar sin más, sino que descifraron su sentido y se pusieron en marcha, pues, se dijeron entre sí: “en Judea ha nacido el rey universal, en la plenitud de los tiempos”. ¡Atención, reflexión, acción! Hemos de estar atentos porque Dios va sembrando, día tras día, signos de su presencia y de su amor eficaz, en la pequeña realidad de nuestra vida y en los diversos acontecimientos de la historia local, nacional o internacional por ejemplo la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá… Hemos de rezar y discernir, pues se trata de signos, no de evidencias. Los signos -por su misma naturaleza- remiten a otra realidad más allá de ellos mismos. Una vez interpretado correctamente el signo, hemos de pasar a la acción, para que el Reino de Dios fructifique en la tierra en hechos concretos. Dios sigue hablando al hombre, hoy, con palabras y con acciones, quizás lo que suceda es que los hombres no estamos preparados o decididos para descifrar su lenguaje. Los mártires del siglo XX, ¿no son un signo de Dios? Los millones de jóvenes reunidos para las Jornadas Mundiales de la Juventud, ¿no es acaso una palabra significativa que Dios nos dirige? ¿Y los Movimientos eclesiales? ¿Y el renacer del espíritu religioso y del ansia de trascendencia?... en la riqueza de los Sínodos… Sigue Dios caminando con nosotros para que alcancemos la Patria. El verdadero encuentro con Cristo ya no se puede olvidar jamás. Se le encuentra cuando no se tienen prisas en el corazón y cuando se vive la propia realidad como servicio de donación. Propiamente es el mismo Cristo quien se hace encontradizo desde lo íntimo de la realidad cotidiana. Ya no se puede prescindir de Él ni se puede dudar de su amor. Tempestades las habrá siempre, también sin lógica ni sentido aparente. Pero sentiremos la mano de Cristo presente que nos aprieta la nuestra, si escuchamos su Palabra y le acompañamos en la Eucaristía. Virgen de la Epifanía y del Buen Viaje… ruega por nosotros. - DOS REYES. UNA ADORACIÓN: La estrella los lleva a Jerusalén. Allí les espera la mayor decepción y también la más importante decisión. Porque en Jerusalén encuentran dos reyes. En primer lugar, encuentran a Herodes, el que poco antes había hecho ejecutar a sus hijos por miedo a perder el trono. Pero Herodes no está aquí en un primer plano; él es más que nada un signo, una señal del poder, del éxito, del prestigio, de la autosuficiencia y el desprecio con todos sus medios. Y ante él se manifiesta de nuevo la sabiduría de los sabios que no se quedan parados frente a las intrigas de aquel hombre, frente a su ambición de poder y su falacia (vivir con disimulo). No se detienen, pues, ante el primer rey que encuentran, porque no lo reconocen como tal para sus vidas; la estrella no les señala en él el sentido último que buscan. La estrella sigue adelante y ellos van detrás, hasta encontrar al otro rey de los judíos, un niño, sin poder y necesitado de ayuda. Esa pobreza no les lleva a confusión. Ante él se postran y lo adoran. Y le ofrecen sus tesoros; su corazón, su entrega, su esfuerzo. Para ellos está claro que la epifanía de Dios en la tierra no acontece en el poder y la riqueza del mundo, sino en la impotencia por causa del amor. Naturalmente, este es el fundamento de una gran noticia, de una gran alegría para ellos y para todos. - A CASA POR OTRO CAMINO: Los tres sabios o reyes vuelven a su tierra por otro camino. Esto es muy significativo: quien experimenta a Dios tan sencillamente y a la vez tan profundamente no puede volver a recorrer el mismo camino. Ellos dieron la espalda a Herodes con el que nada tenían que ver, ni del que nada querían saber. Hay ahora más motivo para seguir el camino que marca la estrella: el camino del rey de reyes, que -por amor nuestro- se ha hecho pequeño, para que nosotros seamos grandes. Este es el amor universal que tal Rey nos ofrece para que nosotros seamos pequeños en bien de los otros; un amor que se extienda a los que nos son difíciles, no sólo a los que nos caen bien, a los creyentes y a los que no lo son, a los cercanos y a los lejanos, a los conocidos y a los extraños. El que, según los valores de este mundo, se hace aparentemente insignificante -éste es quizá el mensaje de hoy- y así se manifiesta por su estrella y con los magos, pero es el verdadero Rey del mundo, ése es el único al que nosotros podemos aceptar como auténtico rey de nuestra vida. Porque es su estrella la que dará a ésta luz y pleno sentido. Aunque seguramente con esta luz también nosotros aparecemos como insignificante a los ojos de los poderosos y tendremos que elegir otro camino, lejos de sus intrigas. Es fácil que, si profundizamos en todo esto, reconozcamos el esplendor de una vida en Jesús, no con Herodes. El futuro de Jesús es garantía de que resucitaremos y seremos glorificados con él. Todos los demás "reyes" a la postre nos harán caer. Área de archivos adjuntos

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...