lunes, 24 de octubre de 2022

HOMILIA Domingo Trigésimo primero del TIEMPO ORDINARIO cC (30 de octubre de 2022).

 

FOTO GENTILEZA SILENCIO Y VIDA

Domingo Trigésimo primero del TIEMPO ORDINARIO cC (30 de octubre de 2022).

Primera: Sabiduría 11, 22 – 12,2; Salmo: Sal 144, 1-2. 8-11. 13c-14; Segunda: 2 Tesalónica 1, 11 – 2, 2; Evangelio: Lucas 19, 1-10

Nexo entre las LECTURAS…

La Liturgia presenta el amor de Dios como el motivo más profundo e invencible, de la confianza y de la esperanza cristianas. Primero, el amor de Dios a todas las criaturas, porque todas tienen en el amor de Dios su razón de ser (Primera lectura). Y después, el amor de Dios por todos los hombres, sin distinción alguna, porque todos son sus hijos (Evangelio). Finalmente, se habla del amor de Dios hacia los discípulos-misioneros (Aparecida), "para que el nombre de Jesús sea glorificado en ustedes, y ustedes en Él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo" (Segunda lectura).

Temas...

«A todos perdonas, porque son tuyos». La maravillosa afirmación de la primera lectura es que Dios ama todo lo que ha creado, pues si no, no lo habría creado. Muchos hombres, incluso muchos cristianos, no quieren creer esto debido a los males innumerables que existen en el mundo. Pero la prueba que el libro de la Sabiduría aporta, para sostener su afirmación, es tan simple y clara que no se la puede rechazar sin negar a Dios o, al menos, de acusarlo de contradicción interna. «Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado». Ciertamente existe el pecado, que debe ser necesariamente amonestado… pero, como el pecador también pertenece a Dios, no es ‘castigado’ según la pura justicia, sino que es «perdonado» y amonestado de manera que puede reconocer, en ello, al mismo tiempo una exhortación a la conversión. La admirable sabiduría de este libro del Antiguo Testamento se encuentra en la declaración de que Dios ama a todos los seres y por eso sólo amonesta a los pecadores por amor y para propiciar su conversión al amor.

«No pierdan fácilmente la cabeza». Parece como si la segunda lectura quisiera recordar la enseñanza de la primera. Dios, que «corrige, poco a poco a los pecadores», nos da tiempo para cumplir todos «los buenos deseos y la tarea de la fe». Por eso no hay que «alarmarse» por el anuncio del fin inminente del mundo, aunque esto se asegure mediante «supuestas» revelaciones o profecías, sino que hay que proseguir con tranquilidad y sin pánico alguno la tarea cristiana, el discipulado misionero. El Señor no es solamente el que viene hacia nosotros desde el futuro como una amenaza, sino que es el que vino (el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros) y el que nos acompaña constantemente en nuestro camino hacia el Cielo, nos ilumina con su presencia (como a los discípulos de Emaús) y nos libra de todo miedo que pudiera haber en nosotros.

«Zaqueo, baja en seguida». El Evangelio nos presenta una escena del todo singular: un hombre rico que se sube a un sicomoro para ver a Jesús. Zaqueo es considerado como un gran pecador, pues no en vano es «jefe de publicanos»; pero es precisamente en su casa donde Jesús quiere hospedarse. Y Jesús sabe que allí donde va, lleva consigo su gracia: «Hoy ha sido la salvación de esta casa». Y esto «porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido». Jesús quiere entrar en casa de Zaqueo porque allí hay algo que salvar. Es decir, no porque allí se practiquen las buenas obras y haya que recompensarlas, sino porque «también este hombre es un hijo de Abrahán» que no está excluido de la fidelidad y del amor de Dios. Por eso resulta inútil tratar de esclarecer si, cuando Zaqueo asegura que «da la mitad de sus bienes a los pobres», se está refiriendo a algo anterior o es una consecuencia de la gracia que le ha sido manifestada ahora. El evangelista no está interesado en eso, sino únicamente en la salvación que Jesús trae a esta casa. Es bueno saber que Jesús entra también en las casas de los ‘ricos’ cuando debe llevarles la salvación cristiana. Hay pobres que son ricos en el espíritu (de codicia) y hay ricos que son pobres en el espíritu (y que «ayudan con sus bienes»: Lc 8,3). Que el testimonio de vida pobre y entregada de los santos, por ejemplo de san José Gabriel, de Artémides Zatti, Angelelli, nos estimule a vivir mejor nuestra respuesta de hijos de Dios y hermanos de todos.

Sugerencias...

Rezar el proceso del encuentro entre Zaqueo y Jesús y aplicarlo a nosotros: Jesús pasa (¡Jesús siempre pasa!). Zaqueo tiene interés (no sólo pura curiosidad) en verlo. Jesús toma la iniciativa del encuentro, y una iniciativa tan fuerte como es entrar en casa de un publicano (un pecador público, un colaboracionista, un extorsionador). Y Zaqueo responde generosamente a la iniciativa de Jesús. RezamosPrimero, preguntarnos qué interés tenemos nosotros, cristianos de toda la vida, en ver "pasar" a Jesús, en escucharlo, en sentir que continúa siendo una "novedad" para nosotros, en notar que continúa teniendo muchas cosas que decir a nuestra vida. Segundo, darnos cuenta que la iniciativa de venir a nuestra casa es suya, siempre es suya, y gratuita; ante esta iniciativa, Zaqueo se siente infinitamente sorprendido y agradecido, a veces nosotros lo tenemos como la cosa más normal del mundo (comulgar, ir a Misa, visitar el Templo, leer la Biblia) y, a veces no tan normal encontrarlo en la práctica de las obras de misericordia, y allí también nos visita. ¿Queremos esta constante iniciativa salvadora de Jesús que quiere renovarnos como renovó a Zaqueo? Y tercero, nuestra respuesta ¿es generosa?

¿Es nuestra respuesta generosa? El Domingo pasado, con el publicano expresamos la confesión de nuestros pecados y de nuestra debilidad… hoy nos pide el Señor un paso más… “la conversión”. La conversión de Zaqueo puede ser rezada en dos partes: primero, “caridad”, independientemente de la legalidad de las ganancias, da la mitad a los pobres (toda acumulación de riqueza, mientras haya pobres, es inmoral, por más que sea legal); después, “justicia”, se dispone a restituir con creces todas las estafas cometidas.

La Iglesia, casa y escuela de Comunión. Llamado a la sinoladidad. El evangelio de Zaqueo es un texto típico de las Misas de dedicación de una Iglesia. Y sin que tengamos que explicar necesariamente esa ‘peculiaridad’ litúrgica a la asamblea, sí que se puede plantear el valor que tienen las Iglesias, las "casas de la Iglesia". Son nuestra casa comunitaria, y Jesús entra y permanece en ella. Sería bueno preguntarnos si valoramos el tiempo de oración personal ante el Santísimo, o todo tiempo de plegaria privada… y, sobre todo, si valoras el momento en el que la Iglesia realiza más su misterio: la celebración de la Eucaristía… preguntarnos si la vivimos como una presencia de Jesús en medio de nosotros, a través de la Palabra, del Pan y el Vino consagrados… ¿valoramos la posibilidad de silencio interior vivido en comunidad?, ¿valoramos el momento de los cantos...? ¿Preguntarnos si respondemos a la visita que Jesús nos hace en la Eucaristía como Zaqueo respondió: con ansias de vivir más auténticamente el camino del Evangelio…? ¿es nuestra comunidad, casa y escuela de Comunión y es vivida así frente a todos en el barrio o pueblo? ¿nos damos cuenta que queremos ser una iglesia sinodal (en sínodo)?

 

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...