domingo, 26 de abril de 2020

HOMILIA DEL CUARTO DOMINGO DE PASCUA (3 DE MAYO 2020)

DOMINGO CUARTO DE PASCUA cA (03 de mayo 2020) Primera: Hechos 2, 14a. 36-41; Salmo: 22, 1-6; Segunda: 1Pedro 2, 20b-25; Evangelio: Juan 10, 1-10 Nexo entre las LECTURAS Jesús, como PUERTA del redil, es la metáfora que sintetiza el mensaje de la liturgia. También la LIBERTAD es un tema nexo, pues la imagen de “puerta” (y más en estos días de cuarentena) sugiere la idea de por salir y de entrar, de ir y venir. Jesús dice de sí mismo: “Les aseguro que yo soy la puerta por la que deben entrar las ovejas” (evangelio). En los Hechos de los Apóstoles, Pedro exhorta a sus oyentes: “Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados” (primera lectura), y sabemos que el bautismo es la puerta por la que se entra en la Comunidad cristiana. El mismo Pedro, en su primera carta, escribe a las comunidades de Asia Menor: “andaban como ovejas perdidas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de ustedes” (segunda lectura), indicando una de las funciones de la puerta, que es proteger al rebaño de todo lo que pueda dañarlo. Como broche de oro rezamos con el salmo 22, uno de los más bellos de todo el salterio que comienza con una afirmación ‘atrevida’: “El Señor es mi pastor, nada me falta”. Como creyentes nos sabemos guiados y acompañados por la mano firme y protectora del pastor. Al rezarlo proclamamos con audacia tranquila la ausencia de ambiciones… confesamos que tenemos todo lo que necesitamos: conducción, seguridad, alimento, defensa, escolta, techo donde habitar... Difícilmente anidarán en nuestro corazón la agresividad, la envidia, la rivalidad, todas esas actitudes que amenazan siempre el convivir con los otros fraternalmente… pues el Señor es nuestro Pastor y nada más nos falta. Temas... - En el capítulo 10 san Juan utiliza diversas imágenes, que tienden a explicar la realidad de la comunidad cristiana, de la Iglesia: redil, puerta, pastor, asalariado, etc. En esta bellísima alegoría el redil es la comunidad de creyentes en Cristo. Jesús es tanto la puerta del redil, como el pastor de las ovejas. El texto habla de asalariados, ladrones y asaltantes… la liturgia de hoy, con todo, se centra en la imagen de Jesucristo, PUERTA. Es bueno que podamos volver una vez más a la rica imagen de Puerta Jubilar… pues no era la de material, sino que CRISTO, LA PUERTA. - La puerta es el lugar por donde se entra al redil, a la comunidad de fe. Esa puerta es Cristo muerto y resucitado, que ha constituido un nuevo rebaño mediante una nueva alianza en su sangre. El cristiano pasa por esa puerta de salvación hacia la nueva comunidad de fe por medio del bautismo. Por el bautismo somos inmersos en el misterio pascual de Jesucristo, y somos simultáneamente incorporados a la Iglesia (cf. CIC 1213-1214). Quien quisiera entrar al redil, pertenecer a la Iglesia, sin pasar por la Puerta, que es Cristo, es "ladrón y salteador" (Jn 10,1). Una pertenencia meramente mundana a la Iglesia es imposible; como es asimismo imposible querer separar la fe en Jesucristo de la fe y pertenencia a la Iglesia (no es posible la afirmación: "Cristo sí, Iglesia no"). Inmersos en el misterio pascual de Cristo, nuestro estilo de vida debe ser “misericordiosos como el Padre” y servidores como Jesús… hasta el fin. - La puerta es el lugar por donde las ovejas salen del redil en busca de buenos pastos. ¿Cuáles son esos pastos para la comunidad cristiana? Ante todo, la Palabra viva y eficaz de la Escritura, luego los sacramentos instituidos por Jesucristo para la salvación de los creyentes, finalmente el buen ejemplo de los hermanos en la fe, la práctica de la Caridad, hagamos memoria de San José Gabriel, Mama Antula, Tránsito Cabanillas, Crescencia Pérez, Ceferino, Don Zatti, Laurita Vicuña, Angelelli, Wenceslao… La puerta para tener acceso a esos buenos pastos es Jesucristo en su realidad histórica y en su vida gloriosa, Palabra de Dios y auténtico 'exegeta' del Padre, fuente y origen primordial de todos los sacramentos, arquetipo del estilo cristiano de vida. Los santos nos guían por este camino para entrar por la PUERTA. - La puerta del redil es también un instrumento de protección y defensa de quienes están dentro. Jesucristo resucitado es el guardián de las ovejas, que las defiende de cualquier salteador (hoy la ‘pandemia’ y la cuarentena) y de cualquier lobo rapaz que merodea en torno al redil. Cuando la comunidad creyente está protegida por Cristo, Única Puerta del redil, hemos de estar seguros de que al rebaño no le acaecerá nada malo, no sufrirá ningún daño, incluso en medio de tribulaciones, tormentas y grandes dificultades de enemigos poderosos que quieren asaltar el rebaño. Por deseo de san Pablo VI, papa, se celebra hoy en toda la Iglesia la jornada mundial por las vocaciones sacerdotales (este año es la 57ma) con cuatro palabras claves: “dolor, gratitud, ánimo y alabanza”. Tengamos presente que el sacerdote ciertamente no es la puerta del redil, pero sí el guardián que la abre y la cierra a las ovejas. Un momento propicio para rezar por la santidad de nuestros sacerdotes, del Obispo, por el aumento de las vocaciones, especialmente por quienes están atravesando alguna crisis vocacional. Es de mucha actualidad y de mucha necesidad para el futuro de la fe. (1) Sugerencias... Yo soy la Puerta. Pocas veces se habrá hablado de la libertad con tanta ambigüedad y confusión como en nuestros días. Hay una «liberación» impuesta por el nuevo contexto social que lejos de ser un camino de crecimiento personal es represión y anulación de una verdadera personalidad humana. «¿Todavía no te has liberado?» Esta es la llamada que se nos hace hoy desde diversos ámbitos de la sociedad, invitándonos a romper con tradiciones, costumbres o fidelidades pasadas, para entrar en ‘otra esclavitud’ impuesta por nuevas modas y presiones sociales. - Hay quienes se creen más libres por el hecho de romper con todo lo prohibido anulando toda conciencia de culpabilidad. Olvidan que éste es el camino mejor para caer en la irresponsabilidad, el narcisismo autocomplaciente y la esterilidad. - Otros quieren ser «libres como pájaros» y rehúyen todo aquello que puede exigirles compromiso y entrega. Olvidan que estamos hechos para ser libres no como pájaros sino como hombres (amar y servir). - Ser libre es una ilusión si no nos conduce a ser más humanos. ¿Qué es la libertad si no nos lleva a una mayor fidelidad a nosotros mismos, una coherencia mayor con nuestras convicciones más profundas, una búsqueda sincera y sacrificada de lo que puede dar un sentido más digno y noble a nuestra vida? La Virgen María es el modelo perfecto de libertad y lo expresó diciendo: “aquí esta la ESCLAVA del Señor”. Discernir… ¿Puede decirse que un hombre «se ha liberado» por el simple hecho de haber superado escrúpulos tradicionales en el campo religioso, moral y social, si vive aburrido, sin proyecto ni horizonte alguno, incapaz de dar sentido a su vivir diario? ¿Puede decirse que «se ha liberado» quien actúa movido únicamente por espíritu de competencia, eficacia y éxito, utilizando su poder para imponerse, lleno de horror ante el fracaso, incapaz de nada que signifique entrega generosa y gratuita al otro? ¿Puede ser libre quien dice “es mi cuerpo, yo decido” y después va a pedir para que otros paguen y sostengan su decisión… para que otros, dictaminando una ley les quite (o pretendan) el peso de la conciencia? Son muchos los contagiados por eso que alguien ha llamado «el mal de la libertad», es decir, la búsqueda obsesiva de una libertad vacía de contenido, que no quiere saber nada de entrega, fidelidad, solidaridad, crecimiento personal y comunitario. Ser creyente es vivir vinculado a Cristo. Pero precisamente, esa vinculación y adhesión a Cristo es lo que permite al cristiano dar contenido humano a su libertad. Él es la puerta que da acceso a la auténtica liberación. Sean profundos y amen la oración. Tal vez uno de los riesgos más preocupantes de la Comunidad humana –en todo el mundo– sea la superficialidad, la improvisación, el inmediatismo y la aceptación del relativismo. Falta más reflexión y más oración; meditar más la Palabra de Dios, desde el corazón de la Iglesia; por eso, falta de compromiso y de coraje, falta de verdadera esperanza. Hace falta una humanidad, una juventud alegre y serena, reflexiva y orante, que ame el desierto y el silencio, que lea y escuche, que medite y rece, que esté en contacto con la naturaleza y contemple. Rezamos para que la cuarentena sea aprovechada en nuestros corazones y mentes para ser mas de Dios, de Cristo… que es la puerta para poder salir hacia el bien para gloria de Dios. Una humanidad, una juventud profunda, capaz de comprometerse radicalmente con el Señor (incluso capaz de venderlo todo, sentirse libre y seguir al Señor), y al mismo tiempo, sensible al dolor del hombre –a su pobreza, a su enfermedad, a su miseria– y con capacidad de acogida, de solidaridad y de servicio. Si la juventud argentina –particularmente la cristiana– quiere construir verdaderamente la civilización del amor, hacer con todos una Patria de hermanos (cosas que rezamos el sábado con ocasión de los 400 años de la visita de la Virgen del Valle), tiene que ser una juventud que escuche la Palabra de Dios, la acoja con docilidad, la guste contemplativamente, la realice con disponibilidad y la comunique con alegría. Esta es la promesa de Jesús: ¡Yo soy la PUERTA! Y luego: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. Responder a su llamada, orientar la vida en la dirección que señala su mensaje, comprometerse en construir «el reino de Dios», es lo que puede ayudarnos a conocer la verdadera liberación. (2) Sugerencias... Propongo algunos puntos de reflexión: “Explicar”, iluminar y ayudar a la Comunidad PARA que puedan comprender que una ‘Iglesia sin sacerdotes’ no es la Iglesia querida por Jesucristo, como tampoco lo sería ‘una Iglesia sin laicos’. La Iglesia de Cristo está constituida por jerarquía y laicado, por pastores y ovejas, por quienes han sido llamados a ejercer el servicio de la autoridad y de la donación total, y quienes han sido llamados a ejercer el servicio de la obediencia de la fe y de la santificación en el mundo. Y rezar mucho para que tanto Sacerdotes y Laicos sean santos, trabajen seriamente su vida interior para que lleguen a serlo… y santos místicos. La vocación sacerdotal es un don de Dios, pero que requiere la colaboración de todos (familia, parroquia, asociaciones, movimientos eclesiales) para que el don despunte en el corazón de los llamados. La semilla de Dios difícilmente despuntará, crecerá, si no encuentra una tierra buena y fecunda. ¿Nos hemos preguntado alguna vez sobre el número de vocaciones al sacerdocio, 'malogradas' porque no contaron con el ambiente favorable? Orar con constancia por las vocaciones sacerdotales: por los seminaristas que inician el camino de preparación, por quienes ya están en camino para que continúen en él preparándose lo mejor posible para llevar a cabo su ministerio pastoral: que es amar como Jesús y servir como el Buen Pastor, orar por quienes ya son sacerdotes para que tengan siempre presente ante sus ojos 'al pastor y guardián de nuestras almas'. ¿No sería estupendo instituir en tu parroquia la adoración por las vocaciones, un día de cada mes? También es bueno que podamos ayudar con nuestro aporte, dinero, de manera individual o en grupos para mantener a los seminaristas y a los Seminarios. ¿Conoces cómo se hace en la diócesis este aporte organizado? ¿te organizas para hacer tu aporte o el de tu familia? ¿Hablas de las vocaciones sacerdotales? Los sacerdotes, ¿ofrecemos espacios para hablar del sacerdocio? ¿invitamos para que sigan a Cristo más de cerca en el camino sacerdotal? (3) Sugerencias... Queridos hermanos y hermanas: El 4 de agosto del año pasado, en el 160 aniversario de la muerte del santo Cura de Ars, quise ofrecer una Carta a los sacerdotes, que por la llamada que el Señor les hizo, gastan la vida cada día al servicio del Pueblo de Dios. En esa ocasión, elegí cuatro palabras clave —dolor, gratitud, ánimo y alabanza— para agradecer a los sacerdotes y apoyar su ministerio. Considero que hoy, en esta 57 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, esas palabras se pueden retomar y dirigir a todo el Pueblo de Dios, a la luz de un pasaje evangélico que nos cuenta la singular experiencia de Jesús y Pedro durante una noche de tempestad, en el lago de Tiberíades (cf. Mt 14,22-33). Queridos hermanos: Particularmente en esta Jornada, como también en la acción pastoral ordinaria de nuestras comunidades, deseo que la Iglesia recorra este camino al servicio de las vocaciones abriendo brechas en el corazón de los fieles, para que cada uno pueda descubrir con gratitud la llamada de Dios en su vida, encontrar la valentía de decirle “sí”, vencer la fatiga con la fe en Cristo y, finalmente, ofrecer la propia vida como un cántico de alabanza a Dios, a los hermanos y al mundo entero. Que la Virgen María nos acompañe e interceda por nosotros. Roma, San Juan de Letrán, 8 de marzo de 2020, II Domingo de Cuaresma (Mensaje del Papa Francisco) 2 archivos adjuntos — Descargar todos los archivos adjuntos 3. Domingo Cuarto de Pascua cA 2020.docx 27K Ver como HTML Descargar 04 Dom Pascua cA. Meditación.ppsx 1422K Descargar

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