jueves, 30 de enero de 2014

Francisco: La envidia es la puerta por la que el diablo entra al mundo

Francisco: La envidia es la puerta por la que el diablo entra al mundo
Jueves 23 Ene 2014 | 11:53 am
Ciudad del Vaticano (AICA): ¨Los celos llevan a matar. La envidia lleva a matar. Fue precisamente esta puerta, la puerta de la envidia, por la cual el diablo entró en el mundo”, dijo el papa Francisco, esta mañana, durante la homilía de la misa matutina celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta. El Pontífice pidió a los cristianos que cierren las puertas a celos, envidias y murmuraciones que dividen y destruyen a nuestras comunidades.

"Los celos llevan a matar. La envidia lleva a matar. Fue precisamente esta puerta, la puerta de la envidia, por la cual el diablo entró en el mundo”, dijo el papa Francisco, esta mañana, durante la homilía de la misa matutina celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta. El Pontífice pidió a los cristianos que cierren las puertas a celos, envidias y murmuraciones que dividen y destruyen a nuestras comunidades.

Las reflexiones del Papa tomaron como referencia la primera lectura del día que habla de la victoria de los israelitas sobre los filisteos gracias al valor de joven David. La alegría de la victoria se transforma pronto en tristeza y envidia en el rey Saúl al ver que las mujeres alababan a David por haber matado a Goliat. Entonces, afirma Francisco "esa gran victoria comienza a convertirse en derrota en el corazón del rey" en el que se insinúa, como sucede en Caín, "la semilla de los celos y de la envidia".

Y como Caín con Abel, entonces el rey decide matar a David. "Así hacen los celos en nuestro corazón -observó el Papa- es una inquietud mala, que no tolera que otro hermano o hermana tenga algo que yo no tengo". Saúl, "en vez de alabar a Dios, como hacían las mujeres de Israel, por esta victoria, prefiere cerrarse en sí mismo, lamentarse" y "cocinar sus sentimientos en el caldo de la amargura".

Así lo explicó el Santo Padre: "Los celos llevan a matar. La envidia lleva a matar. Fue precisamente esta puerta, la puerta de la envidia, por la cual el diablo ha entrado en el mundo. La Biblia dice: 'Por la envidia el diablo ha entrado a hacer mal en el mundo'. Los celos y la envidia abren las puertas a todas las cosas malas. También divide a una comunidad. Una comunidad cristiana, cuando algunos de sus miembros sufren de envidia, de celos, termina dividida: uno contra el otro. Y esto es un veneno fuerte. Es un veneno que encontramos en la primera página de la Biblia con Caín".

En el corazón de una persona tocada por los celos y la envidia -subrayó el Papa- suceden "dos cosas clarísimas". Primero la amargura: "La persona envidiosa, la persona celosa es una persona amarga: no sabe cantar, no sabe alabar, no sabe qué es la alegría, siempre mira 'qué tiene aquel y yo no tengo'. Y esto lleva a la amargura, una amargura que se difunde en toda la comunidad. Son estos sembradores de amargura.

Y la segunda actitud, que llevan los celos y la envidia, es a murmurar. Porque este no tolera que el otro tenga algo, la solución es rebajar al otro, para que yo esté más alto. Y el instrumento son las murmuraciones. Mira siempre y verás que detrás de una murmuración están los celos y la envidia. Y las murmuraciones dividen la comunidad, destruyen a la comunidad. Son las armas del diablo".

El Santo Padre mencionó cuántas bellas comunidades cristianas iban bien, pero después en uno de los miembros entró la semilla de los celos y la envidia y, con esto la tristeza, el resentimiento de los corazones y las murmuraciones.

Continuó señalando que "una persona que está bajo la influencia de la envidia y de los celos, mata", como dice el apóstol Juan: "Quien odia a su hermano es un homicida". Así como "el envidioso, el celoso, comienza a odiar al hermano". Por tanto, Francisco concluyó pidiendo: "Hoy, en esta misa, recemos por nuestras comunidades cristianas, para que esta semilla de los celos no sea sembrada entre nosotros, para que la envidia no tome lugar en nuestro corazón, en el corazón de nuestras comunidades, y así podamos ir hacia adelante, alabando al Señor, con alegría. Y es una gracia grande, la gracia de no caer en la tristeza, en el estar resentido, en los celos y en la envidia".+

martes, 7 de enero de 2014

FRANCISCO VISITA UN PESEBRE VIVIENTE


carta de un sacerdote

Un sacerdote escribe al Papa antes de morir a los 31 años. Aquí os ofrecemos la carta

No le pido a Dios mi curación, sino la fuerza y la alegría de continuar siendo un testimonio verdadero de su amor y un sacerdote según su corazón



















© DR
Fabrizio nació en Nápoles el 8 de septiembre de 1982. Miles, casi tres mil personas, se reunieron en Ponticelli (NA), para darle el último saludo en la Basílica de Nuestra Señora de la Nieve, donde era vice-párroco. Un sufrimiento grande el del padre Fabrizio en los últimos meses, vivido siempre con gran fe y con una gran fuerza de ánimo. Siempre con una sonrisa, siempre con una palabra de consuelo para sus familiares y amigos que han estado con él hasta su último aliento. Aquí os ofrecemos la carta que envió al Papa.

A Su Santidad el Papa Francisco
     

Santo Padre,

En las oraciones diarias que dirijo a Dios, no dejo de rezar por usted y por el ministerio que el Señor mismo Le ha confiado, para que pueda darle siempre fuerza y alegría para continuar anunciando la bella noticia del Evangelio.

Me llamo Fabricio De Michino y soy un sacerdote joven de la diócesis de Nápoles. Tengo 31 años y hace cinco que soy sacerdote. Desarrollo mi servicio en el Seminario Arzobispal de Nápoles como educados del grupo de diáconos, y en una parroquia en Ponticelli, que se encuentra en la periferia de Nápoles. La parroquia, recordando el milagro sucedido en la colina Esquilino, recibe el nombre de la Señora de las Nieves y en 2014 celebrará el primer centenario de la Coronación de la estatua de madera del 1500, muy querida para todos sus habitantes.

Ponticelli es un barrio degradado por su pobreza y alta criminalidad, pero cada día descubro verdaderamente la belleza de ver lo que el Señor realiza en estas personas que se fían de Dios y de la Virgen.

También yo, desde que estoy en esta parroquia he podido ampliar cada vez más mi amor confiado hacia la Madre Celeste, experimentando también en las dificultades, su cercanía y protección. Por desgracia, hace tres años que me encuentro peleando contra una enfermedad rara: un tumor justo en el interior del corazón y desde hace algún mes, con metástasis en el hígado y en el bazo. En estos años nada fáciles, sin embargo, nunca he perdido la alegría de ser anunciador del Evangelio. También en el cansancio percibo, verdaderamente, esta fuerza que no viene de mí sino de Dios que me permite desarrollar con sencillez mi ministerio. Hay una cita bíblica que me está acompañando y me infunde confianza en la fuerza del Señor, es la de Ezequiel: “Os daré un corazón nuevo, meteré dentro de vosotros un Espíritu nuevo, arrancaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne” (Ez 36, 26).

En este tiempo ha sido muy cercana la presencia de mi obispo, el card. Crescenzio Sepe, que me apoya contantemente, aunque a veces me dice que descanse para no cansarme demasiado.

Agradezco a Dios también por mis familiares y mis amigos sacerdotes que me ayudan y sostienen sobre todo cuando hago las distintas terapias, compartiendo conmigo los diversos momentos de inevitable sufrimiento. También mis médicos me apoyan muchísimo y hacen lo imposible para encontrar los tratamientos adecuados para mí.

Santo Padre,

Me estoy alargando demasiado, pero solo quiero decirle que ofrezco al Señor todo esto por el bien de la Iglesia y por Usted de un modo especial, para que el Señor le bendiga siempre y le acompañe en este ministerio de servicio y amor.

Le ruego que me añada a sus oraciones: lo que le pido todos los días al Señor es hacer su voluntad, siempre y en todas partes. A menudo, es verdad, no le pido a Dios mi curación, sino la fuerza y la alegría de continuar siendo un testimonio verdadero de su amor y un sacerdote según su corazón.

Seguro de sus paternales oraciones, le saludo devotamente.

Don Fabrizio De Michino

jueves, 2 de enero de 2014

ASIA BIBI LE ESCRIBE A PAPA FRANCISCO

“A su santidad el papa Francisco, en el nombre de Nuestro Señor omnipotente y glorioso, yo, Asia Bibi, querría expresar toda mi profunda gratitud a Dios y a usted, Padre Santo. Espero también que cada cristiano haya podido celebrar con alegría la Navidad apenas pasada. Como muchos otros prisioneros,también yo he festejado el nacimiento del Señor en la carcel de Multan, aquí en Pakistán”.
 
Así comienza la carta que Asia Bibi, la madre católica que fue condenada a muerte por acusaciones de blasfemia en Pakistán, su país, le escribió al papa Francisco y que fue publicada esta semana por el diario italiano Avvenire.
 
La mujer se encuentra en la cárcel desde hace cuatro años y medio, esperando el proceso de apelo que deberá juzgarla.
 
“Quiero agradecer -escribe- a ´Renaissance Education Foundation´, que logró mi sueño de vivir la Navidad junto a mi marido y mis hijos, trayéndolos aquí a Multan. Me hubiera gustado estar en San Pedro para pasar la Navidad y rezar junto a usted, pero tengo confianza en el proyecto que Dios tiene para mí y ojalá pudiera realizarse el año próximo. Estoy muy agradecida a todas las iglesias que están rezando por mí y luchan por mi libertad”.
 
Y continua la misiva: “No se cuanto podré aún ir adelante. Si estoy aún viva es gracias a las fuerzas que sus oraciones me dan. He encontrado a muchas personas que hablan y combaten por mí. Lamentablemente aún no ha servido. En este momento quiero solamente confiarme a la misericordia de Dios que todo lo puede. Solamente Él puede liberarme”.
 
“En este invierno -indica la cristiana presa- estoy enfrentando muchos problemas: mi celda no tiene calefacción y no tiene una puerta adapta para protegerme del frío penetrante, también las medidas de seguridad no son adecuadas, no tengo bastante para las necesidades cotidianas y estoy muy lejos de Lahore, por lo tanto mis familiares no logran ayudarme”.
 
"Quiera, en fin Santo Padre, aceptar mis mejores deseos para el año nuevo. Sé que usted reza por mí con todo el corazón. Y esto me da confianza que un día mi libertad serán posible. Segura de que me recordará en sus oraciones, la saludo con afecto. Asia Bibi, su hija en la fe”. 

GRACIAS ALETEIA POR EL APORTE 

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...