lunes, 9 de marzo de 2020

Testigo de una época: Cura Brochero (capítulo completo) - Canal Encuentr...

YHWH - "SEÑOR"

HOMILIA Tercer Domingo de CUARESMA cA (15 de marzo de 2020)

Tercer Domingo de CUARESMA cA (15 de marzo de 2020) Primera: Éxodo 17, 1-7; Salmo: Sal 94, 1-2. 6-9; Segunda: Romanos 5, 1-2. 5-8; Evangelio: Juan 4, 5-42 Nexo entre las LECTURAS Situación. El tercer Domingo (en todos los ciclos) tiene a Moisés como protagonista. Este año con el episodio del agua de la roca del Horeb tras la revuelta del pueblo cansado y sediento. Lo que más caracteriza a este Domingo tercero del ciclo A, es el comienzo de los tres evangelios de Juan con temática bautismal: agua, y después luz y vida (samaritana, ciego y Lázaro), que tradicionalmente han servido para motivar y valorar el camino bautismal de los catecúmenos y también de la comunidad cristiana en su recorrido cuaresmal hacia la Pascua. Son evangelios de claro contenido cristológico, con su revelación progresiva hacia el "YO SOY". Vale la pena que los tres domingos, empezando por el de hoy, se lean enteros los pasajes de Juan, lenta y expresivamente. Tal vez se pueda elegir la modalidad de tres lectores como en el Domingo de Ramos o Viernes de Pasión. No está mal que se nos recuerde a los predicadores, que el texto del evangelio, proclamado en la celebración es más importante que nuestra homilía o nuestra explicación. El “nexo” de las lecturas es la presencia activa y eficaz de Dios en la historia de la salvación y en la vida de los hombres. El pueblo israelita camina por el desierto, hacia la tierra prometida, y se muere de sed. Dios interviene haciendo salir, por obra de Moisés, abundantes aguas de la roca del Horeb (primera lectura). En el encuentro con la samaritana y con los habitantes de Sicar, Jesús muestra que Él es el don de Dios, la presencia de Dios entre los hombres: el agua que sacia la sed del corazón humano, la presencia y palabra eficaz que transforma por dentro a quienes le ven y le escuchan (Evangelio). En la carta a los Romanos, san Pablo escribe: ‘Al darnos el Espíritu Santo, Dios ha derramado su amor en nuestros corazones’. Dios se hace presente en el hombre mediante el Espíritu, derramado -como agua fecunda- en el corazón humano (segunda lectura). Dios nos quiere fértiles de corazón abierto, que aprendamos la lección de Israel y escuchemos su Voz, que no endurezcamos el corazón (Salmo). Temas… Un pueblo cansado que tiene sed. Es todo un símbolo de la historia humana y de la de cada uno de nosotros, el cansancio y la sed. Entre Egipto y la Tierra Prometida está el desierto. Ya quedan un poco lejos los entusiasmos primeros y los proyectos optimistas. Hay dificultades en el camino y peligros y fatiga. Falta agua para las personas y los animales. El pueblo murmura y llega a dudar de todo: "¿está o no está el Señor en medio de nosotros?" SÍ, responde YHWH, estoy: y les da agua de la roca de Horeb. Toda una historia condensada: sed y desesperanza. Y la respuesta de Dios: su presencia y su cercanía. Y agua para el camino. Amor que da vida y lo da en abundancia. La respuesta a la sed de una mujer. Jesús se hace el encontradizo con aquella mujer de Samaría: no en el Templo o en la Escuela, sino en el camino diario, junto al pozo, allí donde la mujer va a sacar agua para su casa. También aquí el encuentro es todo un símbolo: la humanidad que tiene sed, aunque no sabe, tal vez, qué aguas le convienen y le darían la verdadera felicidad. Y el Señor, el Enviado de Dios, el Mesías, es el que tiene la respuesta verdadera y el agua que quita efectivamente la sed. La sed de la Mujer es búsqueda (ha tenido cinco maridos) e insatisfacción. En esta sed se puede ver reflejado el itinerario de sed de la humanidad. Exquisita la pedagogía de Jesús, conduciendo la conversación desde el agua material hasta la espiritual: "el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna". La revelación progresiva del mismo Cristo: "yo soy", el Mesías, el que habla contigo. El que beba del agua que yo le daré... Es una respuesta -"Yo Soy"- que los Domingos próximos escucharemos en otras claves: la luz, la vida... Agua para nuestro camino hacia la Pascua. Si se nos proclama la historia de Israel, o la de “la samaritana”, es para que nosotros nos dejemos interpelar por Dios desde nuestra historia concreta y personal. También nosotros tenemos sed. Es una experiencia que todos conocemos y que entendemos fácilmente también en su sentido espiritual. Sed de verdad, de felicidad, de justicia, de amor, de plenitud, de vida. Es bueno que sintamos sed. Sería mejor que la homilía y nuestra meditación tome pie “las sed” que tenemos. Mendicidad: El que no tiene sed, no busca fuentes de agua. El que lo sabe todo, no pregunta. El que se cree un santo, no pide perdón. El que se siente rico, no pide. El que cree que tiene todo… ¿para qué necesita la Pascua y la conversión cuaresmal? Suscitar la idea de la sed, ayudar a que todos se sientan reflejados en la historia de ese pueblo fatigado por el desierto y de esa Mujer insatisfecha de la vida. Recemos de nuevo con la buena pedagogía de Jesús para hacer ver que en nuestro camino de Pascua: la Respuesta de Dios. Las muchas preguntas que tenemos en el diario vivir, la respuesta es Él, el "Yo Soy" que nos lo dice a cada instante y no siempre lo escuchamos. Nuestra sed nos la quiere saciar Dios por medio de Jesús: es el Agua para nuestro camino cuaresmal a la Pascua; el Agua verdadera, no la superficial o más inmediata (los valores fáciles de este mundo), sino el Agua profunda (la verdad de Dios, amor verdadero, la felicidad plena). En Juan se identifica, de alguna manera también, esta Agua que nos da Cristo con su Espíritu. Pablo nos ha recordado los dones que nos ha hecho Dios, sobre todo su amor: "la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado". Esa sí que es el agua verdadera: el amor, el Espíritu de Dios, y el que Cristo haya dado su vida por nosotros, en su Pascua. Sugerencias... a) Invitación a dar también nosotros de beber al sediento (cf. el "examen" final según Mt 25.): ¿qué hacemos con el que vemos que tiene sed? No hace falta mirar muy lejos en el mundo, porque a nuestro lado hay muchos que la sienten y angustiosamente. Como Cristo pide de beber, junto al pozo, y muere en la cruz gritando también "tengo sed", hay muchos que encontramos en el camino en la misma actitud. b) Es bueno mencionar también, ya, a la Vigilia Pascual (11 de abril), hacia la que caminamos en Cuaresma: también entonces el agua va a ocupar un papel simbólico importante, con la experiencia o renovación del Bautismo. c) La Eucaristía es, cada vez, nuestro encuentro con Cristo. En ella es donde Cristo, sentado a la vera de nuestro camino, nos da el agua de su Palabra iluminadora y nos hace el don de su Cuerpo y Sangre, el alimento y la bebida para nuestra vida. Virgen de la esperanza, ruega por nosotros.

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...