jueves, 7 de mayo de 2009



ORACIÓN DE SANACIÓN INTERIOR


Te pido Señor que envíes tu Espíritu Santo sobre nosotros, sólo Él conoce el Misterio de Dios y sólo Él conoce nuestro propio misterio. Espíritu de Paz, Espíritu de Amor, de Fortaleza, de Entendimiento, de Sabiduría, de Consejo, de Luz, de Unión, ven a mí. Ven a mí hogar, Espíritu Santo, sobre todo ven a mí corazón, para que more la paz y desaparezca toda inquietud y todo temor.

Espíritu Divino, Espíritu Santo que eres el que ora en nosotros, Espíritu de Jesús, te pedimos que Tú mismo ilumines y guíes, unjas las palabras y des poder a la oración para que sean sanadas nuestras vidas.

Ven Espíritu Santo, Ven con Agua Cristalina a regar la sequedad de mí corazón. Ven como Brisa Suave Señor, a alentar mí corazón. Ven como Bálsamo Sanador, Ven con Poder, Espíritu de Dios. ¡Envíalo, Jesús!

“Yo soy Yaveh el que te sana” Ex 15,26 Por tu inmensa compasión, rompe una por una, todas esas cadenas que me han atado en el rencor, en el resentimiento, en la infelicidad, en el vacío. Limpia todas esas heridas que han infectado todo mi ser ¡Oh Dios infinitamente amoroso! Señor, hoy vengo a suplicarte la gracia de poder abrirme a ti para poder entregarte uno por uno de tanto suceso pasado que llevo sepultado en mi corazón. Dame la gracia de buscar en mi memoria lo que me hace todavía ser agresivo, agresiva, egoísta, violento, violenta, impaciente. Quiero y necesito ser honesto, honesta y transparente conmigo mismo, conmigo misma y contigo respecto a lo que me ha lastimado o me ha causado dolor en el pasado.

Padre Dios, eres el origen de mí vida, me has elegido, me amas como soy y me has hecho miembro de una familia. Jesús te queremos pedir por nuestra familia… Tú, Jesús, eres miembro de la familia Trinitaria, te hiciste de la familia humana en Nazareth, en esa familia de María y José. Mira a mí familia, Jesús, la familia de estos hermanos.

Hoy, Padre, me quiero presentar delante de ti, como tu hijo. Tú me conoces por mi nombre. Pon tus ojos de Padre amoroso en mi vida. Dios mío….tú lo conoces todo….tu has sido mi Creador….tu sabes por qué nací, cómo fue el momento de mi concepción, tu sabes que yo no pedí venir a este mundo, yo no escogí ni a mis padres, ni mi sexo, ni mis genes que constituyen gran parte de mi forma de ser, ni mi físico, ni mi voz…

Dios mío….gracias a Jesús tu Hijo y mi Salvador, se que tú eres mi verdadero Padre… Hoy estoy ante ti, con mi corazón afligido, corazón de quien ha permanecido tanto tiempo en el valle de la oscuridad y los lamentos, extraviado, extraviada sin rumbo y sin luz. Dame la gracia de recuperar la fuerza, la alegría que me llevó a conquistar el milagro de existir, cuando apenas era una célula diminuta y de manera inconsciente, creía en la vida, creía en ti y en mi, ¡Oh Dios Único y verdadero! Aquí estoy ante ti con el único deseo de ser libre en ti. Tú nos conoces Señor, por eso, perdonamos a nuestros padres sí no nos concibieron por amor, sí fuimos concebidos en momentos de locura, de borrachera, de violación. Que todo eso pueda ser sanado por el Poder de Las Llagas de Cristo.

Tú que sanas los corazones destrozados y vendas las heridas, sáname aquí y ahora de mi alma, mi mente, mi memoria y todo mi interior. Sana todo recuerdo desagradable que está en mi mente y en mi corazón
Te pido sanación por la etapa de mi vida en el seno materno. Sí mamá tuvo enfermedades, recibió golpes, o angustias o problemas y eso se grabó en mí subconsciente. Espíritu Divino lo que allí recibí de bueno, sea multiplicado, y lo que allí recibí de trauma, sea sanado, Bendito seas Señor, sí alguien en el momento de nacer tuvo un parto demasiado difícil, sea sanado de toda consecuencia. Sea sanada mí vida de toda carencia de amor, y también de cualquier otra herida que yo desconozca.

En este momento nosotros queremos pedir la sanación interior de los años de nuestra infancia, de nuestra niñez. Mira, Señor, el nacimiento de cada uno de nosotros… Las peleas del hogar, quizás el divorcio de los padres, tal vez la muerte de un ser querido, que al ocurrir nos traumatizó. Sí alguna dama fue violada cuando era niña o sí algún muchacho cuando era niño y eso modificó su conducta sexual, todo esto te lo entregamos, Señor. Por esos Méritos de tu Nacimiento en Belén, por esos Méritos de tu infancia Jesús, seamos sanados. Y te damos gracias Señor, por lo que estás haciendo. Perdonamos a papá o a mamá. Entregamos cualquier clase de rencor o de resentimiento.

Amado Jesús por los Méritos de tu Presentación en el Templo. Nosotros presentamos el período de nuestra adolescencia y juventud. Hay personas que empezaron a fumar a esa edad y hoy todavía tienen el vicio del cigarrillo. Personas que en ese momento tomaron decisiones erróneas, en leer libros equivocados, que se confundieron y necesitan sanación en su mente para conocer la verdad. Pido tu intercesión en este momento María Inmaculada, Madre del Amor Hermoso. Bendita eres María.
Vamos a pedir la sanación de lo que estamos sufriendo ahora interiormente. Sobre todo, los problemas que tenemos actualmente. Que lo que es un obstáculo en mí vida, una cadena, una herida sea sanado para que yo sea libre, para que nada me impida cumplir Tus Mandamientos, Tu Hijo me enseñó que se haga Tu voluntad Padre, la que nos revelaste en los mandamientos.
Padre Amado, Padre Santo, mira la preocupación que tengo por un problema de empleo, de una deuda, de una situación de un hijo mío. Señor, te presento lo que nos está angustiando en este momento. Lo que es causa de dolor, de nerviosismo, de insomnio, todas las fobias, los rencores, los miedos, inseguridades, que en este momento todo sea sanado, por los Méritos de Jesús de sus doce años. Por los Méritos de Jesús que se ocupaba de las cosas del Padre y por tu intercesión maternal ¡Oh, Virgen María! Señor, sánanos… Tú vienes al encuentro de todas las necesidades. Ten piedad de los que tienen más problemas en este momento. Señor, problemas con los hijos, problemas de divorcio, problemas de salud, y otra clase de problemas. Dame la gracia, Señor, de no encerrarme en mis propias penas, de no encerrarme en mí propio sufrimiento. Te pedimos por los que mas sufren en el mundo, los que están oprimidos por el demonio, los que no tienen que comer, los enfermos de la mente. Aquellos enfermos con dolores sumamente fuertes en su cuerpo, por aquellos hogares que están a punto de deshacerse. Por aquellas personas que piensan que ya no pueden más, por los que han sufrido injusticias, por los que están encarcelados, y sobre todo aquellos encarcelados inocentes.
Jesús que te amarraron en una columna. Invoco tu nombre santo para vencer mis ataduras. Rompe Señor todas mis cadenas. Tú que eres la verdad que nos hace libres. Invocamos tu nombre Jesús para que los que estamos atados por cualquier situación de vicio seamos hoy liberados. Señor, Pablo decía que el sometía su cuerpo y sus palabras para que Tú fueras Glorificado…
Tu sangre Jesús, que se derramó por mí, tiene un valor infinito… “El que ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. É soportó el castigo que nos trae la paz y con sus heridas hemos sido curados”. (Is 53, 5) “por sus heridas hemos sido sanados” dice el profeta. Por eso, Jesús, yo quiero que Tu Sangre me santifique y que por tu flagelación Señor rompa hoy mis cadenas. Bendito seas Jesús por esas heridas, Señor, que en este momento traen eficacia salvadora para romper todas nuestras cadenas. Yo lo proclamo así Jesucristo: que no haya nada ni nadie que me aten Señor, que me impidan conocer y hacer Tu Santa Voluntad.
Jesús, eres el Buen Pastor que conoce sus ovejas. Te suplico Señor que nosotros seamos sanados de todo complejo de superioridad o inferioridad. Baja autoestima, sentimientos de culpabilidad, problemas de escrúpulos, sentimientos de rechazos. Sana Señor todo problema emocional, mis sentimientos, inseguridad, indecisión…
Te alabamos Señor Jesús y te damos gracias por Tu Misericordia infinita, ensalzado, glorificado y santificado sea Tu Precioso Nombre, te damos nuestro amor y queremos que nos acompañes siempre Señor. Te adoramos Señor Jesús, te damos gracias por ser nuestro único Sanador y Salvador. Confesamos con nuestra boca y creemos en nuestro corazón que sólo Tú Eres Nuestro Señor y Nuestro Dios, Tú el Cristo que por Tu infinita Misericordia, nos has dado a Tu Mamá para que sea también la nuestra. Gracias Señor Jesús. Te alabo Jesús por todo lo que ocurre en nuestras vidas, así como en las vidas de los demás, por eso te pido Señor que nos dé sabiduría, sobre todo para respetar las decisiones de Dios en nuestras vidas, así como en las vidas de los demás. Amén, Señor, Amén.

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...