lunes, 25 de abril de 2022

RECOMENDACION DE LIBRO "PARA SALVARTE"

  En estos días a través de las redes sociales, me encontré con un libro que quiero compartir con ustedes. Se trata de PARA SALVARTE evangelización católica del siglo xxi del Jesuita JORGE LORING . Verdaderamente un libro que impacta, transforma la mirada y te aseguro que querras recomendarlo a quienes buscan la VERDAD. 

These days through social networks, I came across a book that I want to share with you. This is TO SAVE YOU, a 21st-century Catholic evangelization by the Jesuit JORGE LORING. Truly a book that impacts, transforms the look and I assure you that you will want to recommend it to those who seek the TRUTH.


HOMILIA DOMINGO TERCERO DE PASCUA cC (1 de mayo 2022)


 DOMINGO TERCERO DE PASCUA cC (1 de mayo 2022)

PrimeraHechos 5, 27-32.40-41; Salmo: Sal 29, 2. 4-6. 11-12a. 13b; Segunda: Apocalipsis 5, 11-14; Evangelio: Juan 21, 1-19

Nexo entre las LECTURAS

Cada Domingo (como dicen los textos) debería ser, una experiencia de encuentro con el Señor, con consecuencias concretas en el estilo de vida durante toda la semana… y así todas las semanas del Año.

¿Quiénes somos la comunidad cristiana?:

a) somos unos creyentes –pecadores, pero creyentes– que nos reunimos cada primer día de la semana (el Domingo) en torno a Cristo Jesús;

b) escuchamos su Palabra y nos alimentamos de Él mismo, en el Pan y Vino consagrados;

c) alzamos la mirada hacia el Cielo, prefigurado en esa asamblea del Apocalipsis, que celebra con entusiasmo el triunfo del Señor, así nos unimos a sus himnos de victoria (por ejemplo, el Santo Santo Santo que lo cantamos en unión con los ángeles y los santos). Y a continuación…

d) nos sentimos «enviados» para vivir la Caridad en nuestras ocupaciones diarias, como signo profético en medio del mundo, para dar testimonio de esta «aparición pascual» de nuestro Señor, y ser, en nuestros ambientes, levadura, fermento y sal: un espacio de libertad, de esperanza y de entrega fraterna.

Signos, nosotros mismos, del Señor Resucitado. Si es así, echaremos las redes y no será en vano… y el mundo exclamará: ¡ES EL SEÑOR!

Las lecturas y los textos litúrgicos nos iluminan para seguir descubriendo lo que el Papa nos pide de la sinodalidad como estilo de vida de los cristianos.

 

Temas...

Aprender a Alabar. Este tiempo de Pascua es como una prolongada contemplación de la gloria de Cristo y de su victoria. El Señor vive, se ha levantado de entre los muertos, y como él mismo dijo está siendo realidad aquello de que una vez levantado nos atrae a todos hacia Sí. Cristo se levanta y con él el pueblo que confía en su Nombre; Cristo se levanta y su victoria da unidad a la creación ya renovada, para presentarla como ofrenda solemne en el Altar del cielo. Debemos poder afirmar que Pascua es el tiempo más propicio para reunir nuestras voces con los coros de los ángeles en el cielo. A todo lo largo de la Pascua descubrimos de manera nueva que no hay sino una Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, o mejor: el Cristo total, como gustaba de decir san Agustín de Hipona. Tal es la grandiosa visión de la que escuchábamos en el texto de la segunda lectura: “Y todas las criaturas del cielo y de la tierra, de debajo de la tierra y del mar, oí que también decían: Al que está sentado en el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y poder por los siglos de los siglos”.

Y así como durante la Cuaresma nos ejercitábamos en el ayuno y el arrepentimiento de nuestras culpas, ahora, llegada la Pascua, se nos invita a ejercitarnos en la alabanza y en la acción de gracias, porque una cosa es cierta: tanto necesita nuestro corazón aprender a alegrarse en el bien como necesita aprender a rechazar el mal.

Amor del bueno.

2.1 Los apóstoles ciertamente habían aprendido muy bien estas lecciones, pues, después de ser injusta y cruelmente azotados como oímos en la primera lectura de hoy, continúan con entereza en el anuncio gozoso del Reino. Fortalecidos por el don del Espíritu Santo, fueron capaces no sólo de dar testimonio sino de sufrir, e incluso gozarse en el sufrimiento, como un modo máximo de dar testimonio de Aquel que les concedía tal fortaleza y tal alegría. Todo, pues, depende de la calidad de amor que nos mueve, como lo muestra el evangelio de hoy. Tres veces negó Pedro a Jesús, cuando llegaba la hora suprema de la dolorosa Pasión; tres veces preguntó Jesús a Pedro si le amaba, cuando la tormenta había ya pasado. Aquel testimonio de amor tenía una razón de ser muy clara: sanar las heridas que habían causado el miedo, la vanidad y el orgullo.

Y de aquí podemos tomar una segunda lección muy importante sobre el sentido del tiempo pascual: buscar amor que sea digno de ese nombre. De hecho, el tiempo pascual es como un inmenso arco tendido entre la Resurrección del Señor y Pentecostés (5 de junio). Estos límites cronológicos tienen una razón de ser: tanto la resurrección como la efusión maravillosa del Espíritu Santo son las más grandes expresiones del amor que vence sobre el pecado y la muerte.

Sugerencias…

- Habían vuelto a la vida anterior y esto da a entender el clima de dispersión y de extravío que reinaba entre ellos. Les estaba siendo difícil comprender lo que había acontecido.

- Pero, cuando todo parecía acabado, nuevamente, como en el camino de Emaús, Jesús sale al encuentro de sus amigos. Esta vez los encuentra en el mar, lugar que hace pensar en las dificultades y las tribulaciones de la vida; los encuentra al amanecer, después de un esfuerzo estéril que había durado toda la noche. Su red estaba vacía. En cierto modo, eso parece el balance de su experiencia con Jesús: lo habían conocido, habían estado con él y él les había prometido muchas cosas. Y, sin embargo, ahora se volvían a encontrar con la red vacía de peces.

- Al alba, Jesús les sale al encuentro, pero ellos no lo reconocen inmediatamente. El "alba" en la Biblia indica con frecuencia el momento de intervenciones extraordinarias de Dios. Por ejemplo, en el libro del Éxodo, “llegada la vigilia matutina”, el Señor interviene “desde la columna de fuego y humo” para salvar a su pueblo que huía de Egipto. También al alba, María Magdalena y las demás mujeres que habían corrido al sepulcro, encuentran al Señor resucitado.

- Del mismo modo, en el pasaje evangélico nos recuerda que ya ha pasado la noche cuando el Señor dice a los discípulos, cansados de trabajar y decepcionados por no haber pescado nada: “Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán”. Normalmente los peces caen en la red durante la noche, cuando está oscuro, y no por la mañana, cuando el agua ya es transparente. Con todo, los discípulos se fiaron de Jesús y el resultado fue una pesca milagrosamente abundante.

- En ese momento, Juan, iluminado por el amor, se dirige a Pedro y le dice: "Es el Señor". La mirada perspicaz del discípulo a quien Jesús amaba –icono del creyente– reconoce al Maestro presente en la orilla del lago. “Es el Señor”: esta espontánea profesión de fe es, también para nosotros, una invitación a proclamar que Cristo resucitado es el Señor de nuestra vida.

- Rezamos para que la Iglesia que está en… (cada uno puede hacer referencia a su propia persona o comunidad) repita con el entusiasmo de Juan: Jesucristo “es el Señor”. Ojalá que la comunidad escuche al Señor que nos repite: “Echa la red, Iglesia de … , y encontrarás”. En efecto, el Señor ha venido a cada uno y a todos, sobre todo, para animaros a ser testigos valientes de Cristo y no de manera individual sino, sinodalmente (Francisco).

- La confiada adhesión a su palabra es lo que hará fecundos los esfuerzos pastorales y los personales de vivir mas y mejor la fe. Cuando el trabajo en la viña del Señor parece estéril, como el esfuerzo nocturno de los Apóstoles, no conviene olvidar que Jesús es capaz de cambiar la situación en un instante.

- La página evangélica nos recuerda que (a) debemos comprometernos en las actividades pastorales como si el resultado dependiera totalmente de nuestros esfuerzos. Pero, por otra, nos hace comprender que (b) el auténtico éxito de nuestra misión es totalmente don de la gracia.

- En los misteriosos designios de su sabiduría, Dios sabe cuándo es tiempo de intervenir. Y entonces, como la dócil adhesión a la palabra del Señor hizo que se llenara la red de los discípulos, así también en todos los tiempos, incluido el nuestro, el Espíritu del Señor puede hacer eficaz la misión de la Iglesia en el mundo.

María, Virgen y Madre, ruega por nosotros y acompáñanos en la misión… ven con nosotros a caminar…

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...