lunes, 9 de octubre de 2023

HOMILIA Domingo vigesimoctavo del TIEMPO ORDINARIO cA (15 de octubre de 2023)

Domingo vigesimoctavo del TIEMPO ORDINARIO cA (15 de octubre de 2023) Primera: Isaías 25, 6-10a; Salmo: Sal 22, 1-6; Segunda: Flp 4, 12-14. 19-20; Evangelio: Mateo 22, 1-10 Nexo entre las LECTURAS Predomina en la liturgia de hoy la “transformación” (el “cambio”). Cambio, en primer lugar, de una suerte desgraciada, en que vivía el pueblo de Israel, a una de felicidad y gozo, simbolizada en el festín sobre el monte Sión, en el que participarán todas las naciones (primera lectura). Cambio de las tareas diarias y rutinarias, con que se condimenta de modo habitual la existencia, a la condición excepcional de invitados del rey al banquete de bodas de su hijo (evangelio). Quien así está dispuesto a dejarse cambiar por la acción misma de Dios, puede decir como san Pablo: "Todo lo puedo en aquel que me da fuerza" (segunda lectura). Recemos especialmente para que todos cambiemos y en el mundo reine LA PAZ. Temas... Dios nos invita a su banquete. La imagen del banquete para significar la invitación de Dios y la alegría de compartir su vida es una imagen bíblica que nos quiere ayudar a entender mejor hasta qué punto Dios quiere acercarse a nosotros y está siempre dispuesto a invitarnos a esa vida. El banquete es fiesta, es alegría y es abundancia. ¿Cómo es este banquete? En primer lugar, buena comida: "Manjares suculentos, vinos añejados", nos dice Isaías en la primera lectura. Y este banquete tiene un claro signo regenerador: arranca el velo del dolor y de la muerte, y enjuga "las lágrimas de todos los rostros". Es el banquete de la vida y de la salvación. ¡Merece la pena participar en él y sentirnos alegres por la invitación generosa de Dios! Los convidados rechazan la invitación. Pero los convidados rechazan la invitación. Es lo que nos cuenta la parábola del evangelio. Son los desagradecidos, los satisfechos, los egoístas. Excusas, rechazo y malos tratos a los enviados. Es una situación dura. Pero el banquete está preparado. Hay que ampliar la invitación. Es la llamada que también nosotros hemos recibido y seguimos recibiendo constantemente. El Señor nos la dirige a todos. Y lo hace con gran alegría: "¡Vengan a la fiesta!". Y por eso nos reunimos en torno al altar. Debemos participar de la mesa con alegría, con vestido de fiesta. El vestido del corazón, el vestido del amor. Todo el mundo está invitado. Participemos del convite con ilusión. Participemos del convite con ilusión. Merece la pena. Con Jesús siempre descubriremos lo mejor. Su banquete es único. Su presencia es reconfortante y estimulante. Como hemos rezado en el salmo, "el Señor es mi pastor, nada me falta". Con Jesús, lo tenemos todo; sin Él, nada. Él nos da alimento, nos hace recostar en verdes praderas, nos guía por el sendero justo. Nos prepara, Él mismo, la mesa. Jesús, el Buen Pastor, siempre está cerca de nosotros, siempre nos acompaña: "Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida", decíamos en el mismo salmo. Si todo eso nos lo creemos de verdad, la vida tiene sentido y nunca estaremos solos.

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...