lunes, 3 de septiembre de 2018

HOMILIA Domingo Vigesimotercero del TIEMPO ORDINARIO cB (09 de septiembre de 2018)

Domingo Vigesimotercero del TIEMPO ORDINARIO cB (09 de septiembre de 2018) Primera: Isaías 35, 4-7a; Salmo: Sal 145, 7-10; Segunda: Santiago 2, 1-5; Evangelio: Marcos 7, 31-37 Nexo entre las LECTURAS Unos de las verdades de fe es que Dios es el liberador. La Liturgia de este Domingo es toda ella un mensaje de esperanza en Dios-Salvador. Este mensaje está especialmente señalado en los textos litúrgicos de este Domingo. Dios libera a los hombres de su dolorosa condición de desterrados (primera lectura) y lo hace como si estuviera viendo la salvación en presente. Dios en CRISTO libera a los hombres de sus enfermedades del cuerpo y del espíritu: "Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos" (evangelio). Nos dice Santiago que Dios libera al hombre, sin acepción de personas, a todos, porque todos, ricos o pobres, somos iguales delante de Dios (segunda lectura). Temas... El poder curativo de Dios para con nuestros males. El profeta Isaías consuela a su pueblo, en horas difíciles, y le asegura -con un lenguaje al que estamos más acostumbrados en las semanas del Adviento- que Dios va a infundir fuerza a los cobardes, y la vista a los ciegos, y el oído a los sordos, y el habla a los mudos, y aguas abundantes al desierto. El salmo amplía todavía más el campo de esta salvación que nos concede Dios, porque habla de los oprimidos y hambrientos, de los cautivos y peregrinos. Y nos invita a elevar a Dios nuestra alabanza agradecida: "Alaba, alma mía, al Señor". Estas palabras del profeta y del salmista nos preparan para escuchar cómo Cristo, en una de esas escenas breves, plásticamente contadas por san Marcos, cura a un sordomudo, y le devuelve el oído y el habla. ¡Cuántas veces aparece Jesús en el evangelio atendiendo a los enfermos, dedicándoles tiempo y ánimos, y curándoles milagrosamente! Con razón comentaba la gente: "Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos". Los planes de Dios son planes de salud y de vida. A la miseria humana responde su inmensa misericordia, que se nos ha manifestado sobre todo en Cristo Jesús, que tiende su mano a toda persona que sufre, para curarla y darle esperanza. Todavía hoy hay quienes anuncian que la salvación está en planes nuestros o en organizaciones horizontales, como si el bien del hombre fuera lo material, como si el hombre fuera solo materia y ésta de índole animal… san Marcos nos avisa que la salvación viene de Dios y que nuestra grandeza viene de ser imagen y semejanza de Dios… ¡confiemos en Él! ¡pongamos nuestra vida y la de todos en las manos de Dios! Nos cura a nosotros. Jesús nos tiene que curar también a nosotros, porque a veces somos sordos y mudos. No oímos lo que tendríamos que oír: la Palabra de Dios, o también las palabras de nuestros hermanos. Y no hablamos lo que tendríamos que hablar: en la alabanza a Dios y también en nuestras palabras de ayuda a los hermanos. En el rito del Bautismo hay un gesto -libre, pero expresivo-, el del "effetá", o "ábrete", en el que el ministro toca los labios y los oídos del bautizado, mientras dice: "el Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te conceda, a su tiempo, escuchar su palabra y proclamar la fe...". Un cristiano tiene que saber escuchar y saber hablar a su tiempo. Debemos escuchar y en ocasiones hablar. Ayudar a los demás. Desde hace dos mil años la Iglesia, la comunidad de los seguidores de Jesús, los discípulos-misioneros, no sólo se goza en ser curada por su fuerza sanadora, que sigue eficazmente presente en los sacramentos, sino que ha recibido el encargo de curar a los demás, de transmitirles esa misma fuerza salvadora. La comunidad cristiana -cada cristiano- debemos ser los signos vivientes de Cristo. La comunidad cristiana, con la Palabra evangelizadora, con los Sacramentos, tiene que ir comunicando esperanza y atendiendo a los pobres y a los que sufren, también con palabras de gozo y de esperanza (Evangelii Gaudium). Atendiendo a los muchos "sordos" y "mudos", los que no se han enterado todavía de la Buena Noticia del amor de Dios. A los que no encuentran voz para hacerse oír, como cuentan que hacía el Obispo Angelelli. Ser seguidores de Jesús no sólo es saber y creer cosas sobre Él, sino imitar su estilo de actuación en la vida. Sugerencias... Todo lo ha hecho bien. Con estas palabras reaccionó la multitud cuando se dio cuenta de que Jesús había curado al sordomudo. Son muchos, por lo demás, los textos evangélicos que relatan las obras buenas de Jesús en favor del hombre. De modo que san Pedro dirá de Jesús, en uno de sus discursos a los primeros cristianos, que "pasó haciendo el bien". San Juan Pablo II nos dice que "la caridad de los cristianos es la prolongación de la presencia de Cristo que se da a sí mismo". Sí, Cristo desea seguir haciendo el bien entre nosotros y en nuestros días mediante los cristianos. Cristo desea seguir liberando al hombre de las necesidades materiales, de las enfermedades, de las calamidades naturales, de los males espirituales mediante los cristianos. De verdad que es hermoso constatar la generosidad de tantos discípulos misioneros que socorren, en cualquier parte del mundo, a los más necesitados. Como discípulos misioneros, sería bueno hacernos algunas preguntas: ¿Hago todo el bien que puedo? ¿Busco que otros, singular o comunitariamente, hagan el bien? ¿Cuál es el tipo de bien que más me gusta hacer: el material, el espiritual, ambos? ¿Estoy convencido de que Cristo glorioso continúa presente entre los hombres haciendo el bien? Recordar, finalmente que hacer el bien desinteresadamente a los hombres es una manera de liberarlos.

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...