martes, 5 de diciembre de 2023

HOMILIA Segundo Domingo de ADVIENTO cB (10 de diciembre 2023)

Primera: Isaías 40, 1-5. 9-11; Salmo: Sal 84, 9-14; Segunda: 2 Pedro 3, 8-14; Evangelio: Marcos 1, 1-8 Nexo entre las LECTURAS La imagen del "desierto" aparece en la primera lectura y en el evangelio y en ella se compendia el mensaje litúrgico de este Domingo de Adviento. En el exilio babilónico, a punto ya de que se acabe, una voz grita: "Preparen en el desierto un camino al Señor" (primera lectura). En el evangelio la voz que así grita es la de Juan Bautista, el precursor del Mesías, cuya venida está ya cerca. También en el "desierto" el hombre debe prepararse para la Última Venida del Señor, en la que "esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva, en que habite la justicia" (segunda lectura). Temas... Un "desierto" necesario. En el mundo hay fenómenos nada evangélicos, nada cristianos. Como los judíos exiliados de Babilonia estaban encandilados por la grandeza del imperio y por la fastuosidad de sus ritos religiosos, los hombres de hoy sienten la seducción del progreso técnico, el prurito de otras religiones que no son cristianas, el reclamo de paraísos alucinantes en que reinan la droga, el sexo y el alcohol, la dulce y adormecedora inconciencia del pecado incluso ante las exigencias básicas de los diez mandamientos... (cfr. Francisco). En estas circunstancias surge la necesidad del "desierto": lugar o estado del espíritu donde recrear el ambiente propicio y favorable para encontrarse con Dios y con la propia dignidad de imagen e hijo de Dios, mediante el silencio interior y el recogimiento de los sentidos, mediante la meditación y la plegaria asiduas. Ante la pérdida del sentido de Dios y del sentido del pecado se requieren "espacios", sean exteriores o interiores, de recuperación de sentido, de readquisición de principios, valores y convicciones anclados en el mismo ser del hombre y del cristiano. La intervención divina. Dios desea intervenir en la historia y en la vida del hombre, día a día. El espíritu del mundo no acepta la intervención divina, es más, la niega. Por eso se nos llama a una actitud interior de "desierto", abandonarnos en las manos de Dios con confianza y fortalecer el deseo de la conversión. Sólo así nos daremos cuenta, como los judíos de Babilonia, que hay ‘valles que elevar’, ‘colinas que abajar’ y ‘caminos torcidos que enderezar’, y podremos encaminarnos a la tierra prometida (primera lectura) que ya no es en este mundo, sino en el Cielo. Sólo en este abandono en la Divina Providencia podremos escuchar la Palabra que nos llama a convertirnos y recibir el bautismo y, los ya bautizados, renovar las promesas bautismales. Dios continúa interviniendo en nuestros días -nos da su gracia- en la vida de cada uno y de los pueblos. No podemos reconocer y aceptar Su presencia si no vivimos la experiencia purificadora y meditativa del "desierto". El "desierto" florece. En el ambiente sereno y silencioso de "desierto" nos vamos empapando de la verdad de Dios, del sentido del tiempo, de la norma suprema de la existencia. Dios es nuestro rey que viene con poder y brazo dominador para liberarnos del pecado y de sus secuelas; Dios es nuestro Señor que trae consigo su salario de vida y salvación eternas; Dios es nuestro pastor, que reúne al rebaño y lo cuida amorosamente (primera lectura). En el "desierto" conoceremos que el día del Señor llega como un ladrón y que el cómputo del tiempo que Dios hace no coincide con el de los hombres. En el "desierto" sabremos que Dios no quiere que alguien se pierda, sino que todos se conviertan. En el "desierto" veremos con claridad que la espera de la venida del Señor debe llevar al hombre a una conducta santa y religiosa, es decir, al cumplimiento perfecto de la voluntad santísima de Dios (segunda lectura). Sugerencias... Un "desierto" en tu vida. La vida es movimiento, acción, ir y venir, hacer, proyectar, progresar, cambiar. El hombre contemporáneo, desde la mañana a la noche, está lleno de trabajos y tareas, de citas y reuniones, de contactos y relaciones, de ruido, smog, tensión nerviosa... (cfr. San Juan Pablo II). A veces se puede pensar que, más que vivir, uno es "vivido" por las cosas de cada día. ¿Cómo hay que vivir? ¿Cómo ser plenamente humano (cristiano)? ¿Cómo infundir espíritu cristiano a lo cotidiano, al materialismo que nos invade? Tenemos necesidad de “estar con Quien sabemos que nos ama” (Santa Teresa). Pidamos la gracia de la paciencia, para vivir el "desierto" y nos será posible vivir bien y prepararnos para una buena celebración de Navidad. ¿Sabes quién viene? La respuesta catequética: "El Verbo de Dios que se hizo hombre y nació de María la Virgen en Belén de Judá". La respuesta espiritual, la debe dar cada uno examinando como incide Jesucristo en su vida (pensamientos, decisiones, ideales, proyectos) y en la relación personal con Dios; y finalmente, la respuesta moral, la debo dar con los comportamientos virtuosos diarios según el estilo de Cristo, aceptando que Cristo modele mi forma de vivir y de actuar, todos los días, hasta el fin de los días. ...

No hay comentarios:

HOMILIA VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024)

  VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (29 de marzo 2024) Primera : Isaías 52,13 – 53,12;  Salmo : Sal 30, 2.6.12-13.15-16.17.25;  Segunda :...